MOTIVACIÓN
Empieza un nuevo curso en situaciones especiales y difíciles y he oído decir a más de una persona: la verdad es que no estoy nada motivado, nada motivada...
Podemos, decir, por lo tanto, que las circunstancias adversas existentes y las que se adivinan como venideras constituyen un ataque directo a la motivación...
Y, sin embargo, para superar cualquier tipo de problemas se necesitan, básicamente, capacidad y motivación.
Una motivación que ha de surgir, ante todo, del malestar ante la situación existente y de la esperanza de mejora en el futuro.
Tenemos, pues, que preguntarnos: ¿estamos esperanzados frente al momento actual?
Suele decirse que los grados de esperanza se miden según la manera de situarse frente a los hechos. Si éstos se perciben como un reto, la esperanza es alta; si se viven como una amenaza, la esperanza es menor; y si se viven como una pérdida de algo que no volverá, la esperanza es entonces muy baja...
Al observar el momento actual no son pocas las voces y las personas que desde la resignación o la apatía prefieren simplemente dejar pasar el tiempo, hasta ver si aparece una solución mágica que ponga fin a los problemas.
Son muchas las opiniones que auguran que la pandemia del Covid-19 está provocando consecuencias psicológicas, en forma de frustraciones, apatías y agresividades, que será necesario abordar... Y esta crisis de motivación sería también una de ellas.
Por todo ello animo una vez más a quien me leyere que recuerde una sabias palabras de Paulo Coelho: uno no se ahoga por caer en el mar, sino por no salir de él...
No hay comentarios:
Publicar un comentario