Dignificar
la política...
Estamos en etapa preelectoral y es
ahora, sobre todo, cuando los políticos muestran desgraciadamente hasta qué
punto se ha degradado la práctica política...
Se impone, por lo tanto, una reflexión
muy seria, más allá de partidismos, de afanes de derribar a los adversarios y
de promesas vanas y vacías…
El otro día un grupo de periodistas constatábamos
con pena, en una tertulia, que hoy entre nosotros se venden más periodistas
que periódicos, pero que todavía somos algunos los que intentamos aprovechar
nuestras pequeñas plataformas no para opinar al dictado de intereses
partidistas, sino para dignificar y valorar el verdadero sentido de la política.
No deja de tener su razón el dicho que
afirma que cada país tiene los gobernantes que se merece, pero esto no
exime a nadie de pensar que sigue siendo responsabilidad de todos trabajar por una dignificación de la política…
La política es, sobre todo, una gestión
de servicio, y un político que no sirve, no sirve para nada, sino
solamente, en muchas ocasiones, para aprovecharse en interés propio…
La política es una herramienta para la
transformación de la sociedad, pero no es la única, porque han sido siempre los
movimientos sociales los que han hecho posible las verdaderas transformaciones;
y por eso no todo se acaba con la idea de depositar un voto para que otros
vayan decidiendo por nosotros…
La política no puede quedar reducida,
como está pasando estos días, a un denigrante circo mediático. Es algo mucho más
serio y transcendente.