Recuperar optimismo...
Hoy se
observa un inquietante grado de pesimismo ante la situación política, social,
económica y religiosa de nuestra sociedad…
Parece
que los ideólogos nos van instalando en una filosofía de la vida en la que el
pesimismo tiene más prestigio que el optimismo, y no faltan quienes creen que
son más profundos en sus análisis cuanto más negativos son…
El
gran fabulista griego Esopo, siete siglos antes de Cristo, escribió una fábula
inmortal: un anciano cortó leña, cargó con ella y emprendió un largo camino;
pero el camino le agotaba y un día arrojó la carga y llamó a la muerte…Cuando
ésta llegó le preguntó al anciano porqué le había llamado y el anciano respondió:
–para que me coloques de nuevo la carga sobre mis hombros…
La lección es clara: aquel anciano, desanimado, se
había precipitado en su decisión, porque sabía que mientras no se acaba la vida
siempre hay tiempo de ir haciendo camino y mejorando las cosas…
Las personas
pesimistas suelen ser desmemoriadas y, en ocasiones, reaccionarias, con
tendencia a idealizar tiempos pasados…
Las
optimistas, sin embargo, piensan que mientras hay vida hay esperanza y que todo
lo negativo se puede mejorar mediante el esfuerzo y la dedicación.
En las
clases de bachillerato solía transmitir a mis alumnos un cuadro de estilos de
vida muy significativo:
Persona
abierta, segura de sí misma y radical: sueles ser persona OPTIMISTA
Persona
cerrada, insegura y conservadora: tiende al PESIMISMO NEGATIVO
Mírese
cada uno por donde anda…
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