viernes, 30 de marzo de 2018

La Puntilla - 1 de abril de 2018 - BRINDIS POR LA VIDA


Brindis por la vida

En el ámbito de la cultura cristiana, el mensaje que lanzan estos días los creyentes es un mensaje de triunfo de la vida sobre la muerte.  Y más allá de las creencias de cada uno pienso que no puede pasar desapercibido este hecho positivo de que haya voces que incitan a la vida, en medio de tantos mensajes y mensajeros de muerte y destrucción.

El mayor don que tenemos los humanos es, sin duda, la vida y la máxima aspiración debiera ser, por lo tanto, aprovechar al máximo este regalo  mientras lo tenemos entre las manos.

La tarea, sin embargo, se hace cada vez más difícil en un mundo donde prevalecen los atentados permanentes contra la vida material y espiritual de las personas.

El afán por el dinero, por ejemplo, parece absorber todas las ansias de vivir, como si el hecho de poseerlo en demasía permitiera asegurar la felicidad, cuando lo que realmente es un auténtico valor de vida no es el dinero, sino aquello que no cambiaríamos por dinero...

Abraham Lincoln acuñó la famosa frase que un día hizo suya la propaganda de la Generalitat de Catalunya: al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años...

Una vida digna  es la que permite ser, sentir y decidir desde la libertad individual y colectiva, siempre respetando la vida y la dignidad de los demás.

Oigo, pues, voces y mensajes de vida y resurrección y brindo para seguir trabajando porque todos los humanos podamos tener aquello que nos haga disfrutar en la vida, y la vida misma para poder disfrutarlo.





sábado, 24 de marzo de 2018

La Puntilla - 25 de marzo de 2018- ESCRIBO LO QUE HE VISTO...


ESCRIBO LO QUE HE VISTO...

Desde el año 2001 al 2018 he realizado siete viajes y estancias a Centroamérica.
Ahora he estado 16 días en Guatemala y una vez más escribo lo que he visto...

– He visto un país que sale poco a poco de la tremenda tragedia de más de treinta años de guerra civil (1960-1996) y que ahora lleva ya una veintena de años intentando rehacerse y salir del pozo;

– he visto todavía demasiada corrupción y falta de ètica en políticos y dirigentes;

– he continuado viendo impunidad, venganzas, violencias y una gran pobreza; 

– he sabido de un presidente de la República que pretende cambiar la Constitución para alargar su nefasto mandato;

– he podico comprobar cómo el gobierno pretende acallar y apartar de la acción social a la Iglesia católica...

–Pero he visto tambièn un pueblo muy acogedor y religioso, y mucha gente solidaria que sigue entregando su vida por la liberaciòn de este pueblo;

– he visto sacerdotes y obispos del pueblo y con el pueblo, lejos de palacios, honores y privilegios; 

– he visto grandes mujeres luchadoras y emprendedoras, en medio de una sociedad tremendamente machista;

– he visto el mal y el bien en un pueblo de honda raigambre histórica que merece un mejor trato...

He visto y escribo. Pero no basta. Me queda el compromiso de seguir actuando. 
Porque ahora y siempre es hora de hablar y de hacer...

viernes, 2 de marzo de 2018

La Puntilla - 4 de marzo de 2018 - Espiritualidad para ateos


Espiritualidad para ateos

Asisto a una charla-coloquio y expongo la necesidad de que se escriban y publiquen libros de espiritualidad para ateos...

El auditorio se sorprende un poco de mi propuesta y me pide que clairifique un poco más qué he querido decir exactamente.

No me resulta demasiado complicada la explicación porque ya escribí en su día, en otro lugar, un artículo sobre este tema.

Hoy asistimos, sobre todo, entre la gente más joven a una afirmación a la que es necesario prestar atención: – se ha perdido progresivamente la fe, pero ha resurgido más fuerte la espiritualidad...

¿Qué quieren decir exactamente con esta expresión?

Hace unos años un joven autor francés se erigió en el prototipo de este pensamiento y escribió un libro bajo el título de Introducción a una espiritualidad sin Dios. En él defendía que lo verdaremente importante no es Dios, ni la religión, sino la vida espiritual, a la vez que afirmaba rotundamente que el hecho de que una persona se declare atea no significa que carezca de vida espiritual...

Estas ideas, sin duda, merecen una consideración, porque son la expresión de la realidad de muchos jóvenes. 

El ser humano no puede negar la existencia de su componente espiritual, y de la misma manera que el componente material necesita alimentarse y medicarse, el espíritu precisa encontrar cauces de cultivo y expresión.

La espiritualidad, o el cultivo del espíritu, no es exclusivo ni de la fe ni de la religión, aunque éstas, bien entendidas y encauzadas, ofrezcan grandes posibilidades de crecimiento. Y de la misma manera que la espiritualidad cristiana, por poner un ejemplo, está bien nutrida de libros, ensayos y reflexiones que la alimentan, tambíén es preciso que los sin Dios ni religión cultiven el componente más profundo de su espíritu y tengan reflexiones que lo enriquezcan.
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AVISO: un viaje de solidaridad a Guatemala no me permitirá acudir a La Puntilla durante un par de semanas...