Apuesta por la paz
Suenan
de nuevo en el mundo lamentos de guerra y nuestra mente es invitada, una vez
más, a pensar y a trabajar por la paz.
La
invasión de Ucrania vuelve a poner de relieve cómo es una gran verdad la que
afirma que este mundo está gobernado, con frecuencia, por locos que pretenden aprovecharse de los ciegos…
Cuidado,
sin embargo, con el armazón de nuestras opiniones sobre lo que está sucediendo,
porque no podemos quedarnos con lo que nos puedan aportar los medios de
comunicación, tan propicios siempre a tomar partido de manera interesada.
Una meditación
profunda sobre lo que sucede ha de situarse más allá del suceso concreto de un
dirigente ruso que pretende recuperar por el poder de las armas el imperio de
las repúblicas soviéticas...
Por eso,
de la mano del gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, creo que hay dos puntos
de reflexión que nos pueden ayudar en estos momentos:
1) Mientras cada minuto mueren de hambre o de
enfermedad curable 10 niños, cada minuto se gastan tres millones de dólares en la
industria militar. Las armas exigen guerras y las guerras exigen armas… Mientras
dure esta situación la paz es imposible…
2) Los cinco países que tienen derecho de veto
en las Naciones Unidas son, precisamente, los mayores productores de armas…
¿Hasta cuándo, pues, la paz del mundo puede estar en manos de los que manejan
el gran negocio de la guerra?
Apostemos
por una paz auténtica y verdadera.