sábado, 28 de diciembre de 2019

OCHENTA... La Puntilla - 29 de diciembre de 2019



OCHENTA...

Alguien que sabe que cumplo los ochenta y entro en la cuarta edad me envía un texto del prestigioso novelista norteamericano Henry Miller:

« Si a los ochenta años no estás mi tullido ni inválido y gozas de buena salud, si todavía disfrutas de una buena caminata y una comida sabrosa, si duermes sin pastillas, si las aves y las flores, las montañas y el mar te siguen inspirando, eres de lo más afortunado y deberías arrodillarte en la mañana y en la noche para darle gracias al Señor por mantenerte en forma...»

Lo leo despacio y varias veces este texto y me inspira unas líneas:

– muy de acuerdo con dar gracias mañana y noche al Dios de mi fe por la vida que hasta ahora me ha dado y he podido disfrutar

– que todavía me siguen inspirando las aves y las flores, el mar y las montañas es afortunadamente bien cierto, pero he de añadir, al bueno de Henry Miller, que a mí aún me inspiran mucho más también los signos y las personas de paz y de bondad, la cultura y el pensamiento

– duermo sin pastillas, y creo que todavía es mucho más de agradecer el hecho de poder dormir cada noche con la conciencia tranquila y el equilibrio emocional

– y no quiero acabar sin añadir que además de dar las más sinceras gracias al Dios de mi fe, las gracias, tengo que darlas, una a una, a todas las personas que han pasado y siguen pasando por mi vida, en mi ya larga trayectoria, porque de todas ellas, de las más y menos amigas, he aprendido mucho.

Hoy mi firma es, como no puede ser menos, la de un simple puntillero agradecido...

viernes, 20 de diciembre de 2019

PUNTILLA NAVIDEÑA... La Puntilla - 22 de diciembre de 2019


PUNTILLA NAVIDEÑA...

Soñaba posibles, o tal vez imposibles... Y le surgían demasiadas preguntas:

– ¿por qué no desterrar ya definitivamente el desfigurado nombre de Navidad y volver simplemente a las fiestas de la luz invernal?

¿ por qué no llamar las cosas por su nombre y proclamar claramente el mes de diciembre como0 el mes del consumo desenfrenado?

¿ por qué no mirar las estrellas que nos guíen hasta los niños famélicos de pan y de cariño?

– ¿  por qué no dejan de una vez los Ayuntamientos de gastar el dinero de los contribuyentes en paganizar la religiosidad?

– ¿ por qué la artesanía belenística no configura, junto al caganer, la figura de quien defeca por la cabeza, haciendo gala de su diarrea mental...?

Los interrogantes se le acumulaban, pero pensó que era mejor pasar al ámbito de los deseos para estos días... Y escribió:

– más ternura, proximidad y fraternidad entre las personas

– más gestos de bondad, perdón y solidaridad

– más espíritu crítico, valentía en la denuncia e implicación en el compromiso

– más paz interior; menos emoción y más razón; más sonrisas y menos amarguras...

Y acabó:

Y para todos los habituales visitantes de estas Puntillas, un abrazo de paz.

sábado, 14 de diciembre de 2019

ERRÓNEA DESCONFIANZA - La Puntilla - 14 de diciembre de 2019 -



ERRÓNEA DESCONFIANZA

         Le dieron un consejo:
– Si quieres aprender a ser un buen detective desconfía de todo y dedícate a poner trampas, para observar toda la tipología de reacciones que provoques en las personas que se interesen por resolver los enigmas plantees…

Y así lo hizo.

Se hallaba en un centro socio-sanitario y decidió hacer desaparecer un objeto valioso de la habitación de una enferma. Concretamente una joya de una señora muy señora…

Los familiares denunciaron el hecho a la recepción y a la dirección del centro, y en la planta donde se ubicaba la habitación de la señora empezaron a surgir los comentarios:

Seguro que ha sido su compañera de habitación;
– Pues a mí me parece que esa auxiliar negra es muy sospechosa…
– ¿Y por qué vamos a dudar de los que han venido de fuera, como si aquí entre nosotros no  hubiera también una buena proporción de chorizos y mangantes…?
– Yo aventuraría que esta desaparición se la ha inventado la propia señora…
– ¿Y por qué no ha podido ser este enfermero guaperas para hacerle un buen regalo a su chica…?

El aprendiz de detective ya tenía un buen racimo de comentarios para poder contrastar o desechar las diferentes hipótesis.
Él, sin embargo, ya sabía que ninguna de ellas se acercaba a la verdad, porque simplemente había escondido la joya en un lugar de difícil visión y acceso, en la misma habitación, hasta que la encontró una mujer de limpieza, que, por otra parte, no solía esmerarse mucho en su tarea…

POSTDATA: si vas por la vida con una desconfianza permanente errarás con bastante frecuencia… Huye de la sociedad de la sospecha...


sábado, 7 de diciembre de 2019

Luces y sombras - La Puntilla - 8 de diciembre de 2019


LUCES Y SOMBRAS

– Adiós, madre
– Adiós, Tomás

Así, y con un beso mutuo, eran cada día las despedidas al declinar la tarde.

Madre Ana le colocaba la zamarra y el zurrón, y Tomás marchaba, silbando y brincando, a recoger y velar el ganado.

Madre Ana volvía a entrar de nuevo a la casa. La vida le había trabajado mucho, sobre todo desde la muerte de Eleazar, su marido. Tomás tenía entonces 12 años, los mismos que su hermana Lidia. Pero no nombremos a Lidia, porque hace ya un año que duerme para siempre...

Tomás seguía su camino hacia el monte cuando se encontró con Ismael, un muchacho fuerte como un roble, huído de todos porque no razonaba... Tomás abrió su zurrón y le dió la torta de huevo que le había preparado su madre para cenar.

Más adelante, en una esquina, allí estaba, como siempre, el ciego Rubén, cantando sus coplas: siempre la caña curvada, siempre la misma postura, pescador sin pescar nada... Y Tomás, como todos los días, le dió una palmada y un beso...

Y hubo todavía un tercer encuentro en el camino de Tomás. Josué, el carretero, siempre blasfemo y mal encarado, con el insulto y la mala palabra en la boca, le soltó: –adiós, mala pieza...

Tomás, sin embargo, no se sintió ofendido y siguió monte arriba, reuniendo en su retina la luz de la luna y las estrellas, y sufriendo en su cuerpo el frío  y la noche...

POSTDATA: En el camino de la vida, siempre encontraremos personas buenas y personas negativas; estrellas y noches; luz y tinieblas... Pero lo que cuenta no es el entorno, sino nuestra actitud.