sábado, 30 de octubre de 2021

Nostalgias... La Puntilla, 31 de octubre de 2021

 

Nostalgias...

La climatología del otoño y el hecho de que el calendario (2 de noviembre) dedique un día a recordar seres queridos ya difuntos, provocan, generalmente, en nosotros y en nuestro entorno, un clima de nostalgia sobre el que cabe reflexionar.

Y es que, en general, la nostalgia no ha tenido buena prensa, porque se la ha unido más con la tristeza, e incluso se la ha confundido con la depresión, mientras que no se la ha considerado como una verdadera fuente de vitalidad.

Sí que es cierto que, en ocasiones, puede resultar un error limitarse a mirar excesivamente al pasado, situación que puede resultar una manera de evadirse de la realidad, o una dificultad para enfrentarse con el presente; pero no siempre es así.

Se ha dicho con frecuencia que las ausencias hacen que destaquen las presencias, y que muchas cosas las valoramos mucho más cuando no las tenemos, situación que no ha de servir para encerrarse en lamentaciones, o entrar en conflicto con la realidad presente, sino para fortalecer nuestra propia identidad.

De hecho, los psicólogos encuentran puntos muy positivos en la nostalgia. Por ejemplo:

–nos ayuda a aferrarnos a la vida y darle un sentido. Nos hace saber que la vida puede volver a regalarnos momentos tan felices como los que vivimos en el pasado;

–nos ayuda a afrontar mejor el futuro. Nos prepara para vivir experiencias como las vividas en el pasado;

–nos motiva a seguir adelante, empleando las mismas estrategias con las que superamos situaciones anteriores;

–contrarresta las emociones negativas, al revivir momentos felices vividos y disfrutados;

–y fortalece las relaciones sociales, al revivir momentos positivos vividos con personas a las que hace tiempo que no tratamos…

            Bienvenidas sean, pues, las nostalgias serenas que alienten nuestras ganas de seguir viviendo.

 

 


sábado, 23 de octubre de 2021

Perdón... La Puntilla, 24 de octubre de 2021

 

Perdón...


         Diversos hechos (la película Maixabel, el décimo aniversario de la deposición de las armas por parte de ETA, y distintas declaraciones de unos y otros alrededor de estos temas) han situado en el primer plano de la actualidad la siempre difícil realidad del perdón.

         Perdonar es una elección y un proceso, y si queremos mejorar nuestra salud mental y nuestro sosiego interior, necesitamos reflexionar con frecuencia sobre esta realidad.

         ¿Por qué solemos perdonarnos tan fácilmente a nosotros mismos y no somos capaces de perdonar a los demás?

       ¿Por qué hay supuestos perdones que no son auténticos, ya que son solamente disculpas para seguir cometiendo los mismos errores?

         El perdón es difícil porque es visto muchas veces como sinónimo de debilidad; y, por otra parte, el perdón se percibe como falso cuando aparece solamente como una simple disculpa para seguir cometiendo los mismos errores…

         Por lo demás, se ha hecho demasiado famosa la frase perdono, pero no olvido, sin caer en la cuenta de que quien así piense será siempre esclavo de sus recuerdos y expuesto permanentemente al rencor y a la venganza…

         Dicen los psicólogos que cuatro son los componentes que nos ayudarán a definir y medir el auténtico perdón: 1) la aceptación del daño que se nos ha hecho; 2) la disminución del deseo o urgencia de buscar venganza o compensación; 3) el deseo, si es posible, de acercamiento, o la disminución de distancia, hacia las personas que nos han dañado: y 4), si es posible, el intento de entender el por qué de la actuación de las personas que nos han herido.

         Trabajemos, pues, nuestro perdón. Es, sin duda, una gran fuente de paz.

        

 


sábado, 16 de octubre de 2021

Servir - La Puntilla, 17 de octubre de 2021

 

Servir

         Hoy en todas las Iglesias cristianas se oirán unas palabras que muestran uno de los valores humanos más apreciados. Jesús de Nazaret proclama: no he venido a ser servido, sino a servir...

         El servicio no es servidumbre. El servicio surge desde la libertad. El servicio es una opción de vida.

         Y si propongo hoy este tema es porque somos muchos los que creemos que vivimos en la actualidad en una sociedad donde prevalece cada vez más el individualismo, y por eso es muy importante reivindicar la actitud de servicio como uno de los caminos más revolucionarios que existen.

         Se atribuye a Rabindranath Tagore, y también a otras personas, la conocida frase de Quien no vive para servir, no sirve para vivir… y si es acertada esta intuición tendremos que deducir que hoy estamos rodeados de muertos vivientes…

         Habrá que seguir insistiendo, pues, por ejemplo, en que los políticos pongan sus liderazgos al servicio de los más débiles y necesitados, y no al servicio de sus propios intereses.

         Habrá que pedir asimismo a los intelectuales que pongan sus conocimientos al servicio de la cultura para todos, y no para unos pocos selectos con dinero.

         Como habrá que instar también a los padres para que eduquen a sus hijos en la felicidad de quien comparte y no en el egoísmo de quien acapara…

          Cité en otra ocasión una espléndida frase de García Márquez cuando afirmaba que nunca es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita avanzar…

           La utopía en la práctica del servicio es posible, y hoy, afortunadamente, creo son cada vez más las personas que, en el silencio, pero desde la eficacia, entienden que el espíritu de servicio ennoblece su trayectoria vital.

         Crezcamos, pues, en servicio desinteresado a los demás.

 


sábado, 9 de octubre de 2021

Perplejidad - La Puntilla, 10 de octubre de 2021

 

                                      Perplejidad    

         Eugenio D’Ors, el conocido filósofo y escritor, solía distinguir entre la anécdota y la categoría, entendiendo estos términos como lo superficial divulgado y lo profundo que envuelve lo anecdótico.

         Escribo esto porque me parece que mucho de esto sucede ahora en el momento de analizar la situación de la juventud. Recurrimos a multitud de anécdotas para explicar las conductas de los jóvenes, pero nos falta la visión de conjunto que da lugar a estas manifestaciones.

         Pienso, en concreto, que hoy la juventud está sumida básicamente en la perplejidad. Los jóvenes navegan en un mar de dudas, incertezas y confusiones…

         ¿Y de dónde nace esta situación?

         Los sociólogos coinciden en señalar que el tema tiene mucho que ver con los valores dominantes en una sociedad democrática capitalista, como pretende ser la nuestra.

         ¿Cuáles son estos valores?

         La libertad personal, la tolerancia, la aceptación de una cierta limitación confortable,  el constante bombardeo informativo, el consumismo, la violencia competitiva, el valor central del dinero, el afán de lucro, el gozo y el placer inmediatos…etc.

         ¿Cómo manejarse en este mar de asedios? ¿Cómo integrar todo este mundo en una conducta coherente?

         O la sociedad entra en una dinámica humanizadora en la que prevalezcan las personas por encima de los valores que la degradan, o el futuro será cada vez peor…Ayudemos a los jóvenes con el ejemplo.

sábado, 2 de octubre de 2021

Aprender... La Puntilla, 3 de octubre de 2021

 

Aprender…

Pasar una semana junto a un sabio es, sin duda, un placer para pocos…

Y es, sobre todo, un deleite porque da ocasión de experimentar vivencias que raramente encontramos a nuestro alrededor. Por ejemplo:

–la cantidad de conocimientos y saberes que puede llegar a acumular una persona que ha hecho del estudio la razón de su vida

–el dominio del lenguaje como expresión del pensamiento que se desea transmitir

–la capacidad de trabajo de que es capaz una persona cuando se propone una investigación exhaustiva para ofrecer el resultado de su dedicación

–el entusiasmo apasionado y el rigor que ofrece en sus escritos…

Hoy, sin embargo, la degradación de la cultura ha llegado ya hasta tal bajeza que resulta raro encontrar un sabio, y a veces ni siquiera un verdadero experto en algo…

En el mundo de las letras, por ejemplo, las nuevas tecnologías han acabado con la inventiva y la investigación. Y es que el ordenador, si acaso, ordena, pero ni crea, ni piensa…

El sabio es, por encima de todo, quien escribe porque ha pensado; y hoy el pensamiento escasea, en favor de las emociones momentáneas…