sábado, 29 de mayo de 2021

OPTIMISMO-PESIMISMO - La Puntilla - 30 de mayo de 2021

 

OPTIMISMO-PESIMISMO

 

         La progresiva vuelta a la que algunos llaman y consideran normalidad, plantea, entre otros, un interrogante: ¿con qué actitud vamos a volver?

        Y aunque es conocido suficientemente mi reiterado planteamiento de la necesidad de un realismo esperanzado, quisiera analizar, a la vez, los conocidos interrogantes que algunos presentan frente a la nueva realidad: ¿debemos ser optimistas, o pesimistas? ¿hay que tener actitudes positivas, o se impone el derrotismo negativo?

         Es obvio que se ha escrito ya mucho sobre este tema, sobre todo a nivel teórico, y por eso a mí me buscaría bajar al ámbito de la vida cotidiana.

         El auténtico optimismo, por ejemplo, está muy relacionado con la responsabilidad que asume una persona frente a lo que ocurre, mientras que el pesimismo tiende a sentirse impotente y espera, si acaso, que sean las circunstancias las que cambien. Y, en este sentido, y visto lo que estamos viendo, parece que la sociedad se está inclinando más por el pesimismo que por el optimismo…

         Por otra parte, en un mundo que vive de emociones, como es el nuestro, se observa que los optimistas suelen moverse en los ámbitos del entusiasmo, la confianza e incluso el apasionamiento, mientras que los pesimistas cultivan la imposibilidad, el fracaso y la derrota…

         Optimismo no ha de ser negar la realidad, a la vez que el pesimismo no puede ser renunciar a transformarla.

         La pandemia del Covid-19 ha abierto, sin duda, muchas brechas psicológicas en las personas, y ahora se trata de sobrevivir y rehacerse de la adversidad.

         Sin prisas, pero sin pausas…

 

 


sábado, 22 de mayo de 2021

Luna - La Puntilla, 23 de mayo de 2021

 

Luna

         Entre las noticias de esta última y agitada semana, la foto de Luna, una chica de la Cruz Roja, de 20 años de edad, abrazada a un senegalés exhausto que acababa de llegar a Ceuta a través del mar, ha ocupado el primer plano de la actualidad.

         Pero Luna no ha sido solamente noticia por su noble gesto de acogida, sino por la repercusión negativa que le ha comportado su actitud, hasta el punto de tener que abandonar su presencia en las redes sociales por la cantidad de insultos e injustas críticas que ha recibido.

         Y una vez más hay que preguntarse: ¿en que sociedad vivimos?

         Porque queda claro, desgraciadamente, que nos hallamos en una sociedad aquejada en gran parte por la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual.

         La miseria material, generada por un capitalismo salvaje que subordina el ser humano a los intereses egoístas y materiales de unos pocos es obvia y cada vez más dominante.

         La miseria moral, por otra parte, se halla en la raíz de todos los comportamientos inhumanos. Cuando las personas abandonamos el mínimo principio ético de tratar a las personas como quisiéramos ser tratados nosotros entramos en la ley de la selva de « el hombre lobo para el hombre »

         Y cuando la degradación abarca también la razón y la sensibilidad propias del ser humano, nacidas y alimentadas mediante el cultivo interior de la persona, el caos es ya imparable…

         Hace ya tiempo que viene hablándose de la sociedad de la sospecha, expresión que indica que hemos llegado a tal grado de desconfianza mutua que ya nadie se cree que las cosas se pueden hacer a fondo perdido…Pero pienso que ahora la degradación ha avanzado ya un poco más: ahora son ya demasiados los que creen que que el ser humano ya no es ni siquiera humano, sino un monstruo depredador…Y se comportan como tales.

        


sábado, 15 de mayo de 2021

15-M en el recuerdo - La Puntilla, 16 de mayo de 2021

 

15-M en el recuerdo

       Estos días, sin duda, abundarán, para bien o para mal, los análisis en torno al denominado 15-M, del que se cumplen diez años.

         Y es que, en efecto, el 15 de mayo de 2011, miles de jóvenes, preferentemente entre 15 y 30 años, llenaban las plazas de muchas ciudades y, sobre todo, la Puerta del Sol de Madrid y la Plaza Catalunya de Barcelona, en acción de protesta.

         Les llamaron indignados y su reacción surgió de una fuerte crisis económica que había asolado y aún asolaba el país y del hecho de que entendían que la democracia surgida en los años 80 se había deteriorado estrepitosamente.

         El bipartidismo hegemónico del PSOE i del PP, con la presencia de múltiples casos de corrupción, junto al hecho de las clases populares veían cada vez más empeorada su situación provocó la gran protesta.

         Estos fueron los hechos y ahora, a los diez años, toca, sin duda, analizar los frutos y los resultados de aquellas acciones.

         Habrá sin duda para todos los gustos, pero creo que en un buen análisis merecen señalarse, por los menos, tres puntos

         - El gran resistente francés Stéphane Hessel escribió en aquella ocasión un par de libros titulados ¡Indignaos! y ¡Comprometeos! que fueron un auténtico faro para muchos de aquellos jóvenes. No estaría mal volverlos a leer…

         - Decir que todo aquello no sirvió para nada es un comentario interesado difundido por un capitalismo salvaje muy solícito en mantener una juventud callada y amaestrada

         - Y la mejor manera de analizar estos diez años es volver a agitar de nuevo la indignación pacífica y la insurrección pacífica de una nueva generación de 15 a 30 años que vuelva a indignarse y a comprometerse frente a una sociedad que anula su futuro.

         Mirar al pasado es aprender para el presente y para el futuro.

sábado, 8 de mayo de 2021

LA POSTPANDEMIA - La Puntilla, 9 de mayo de 2021

 

LA POSTPANDEMIA


Hay un clamor unánime: la pandemia del Covid-19 nos ha enfermado no sólo corporalmente, sino también psicológicamente y tendremos que enfrentarnos a una sociedad enferma.

El diagnóstico parece claro, pero qué indicios aparecen, y qué remedios hay que aplicar?

Los indicios son múltiples y variados, pero podemos sintetizarlos en tres bloques:

                - En el mundo del pensamiento, la subjetividad se ha impuesto sobre la objetividad y los radicalismos sobre la coherencia. Las razones han sido superadas por las pasiones y los prejuicios ideológicos ganan la batalla.

                - En el ámbito de la vida social y política es bastante obvio que los populismos y las ideologías contradictorias han encontrado un favorable caldo de cultivo, llevando al extremo las contradicciones interesadas.

                -Y en el campo personal e individual, los miedos, las frustraciones, las amarguras y los resentimientos han aflorado de tal manera que han alterado el ámbito psicológico de muchas personas.

                ¿Qué hacer entonces frente a toda esta situación?

                Los remedios no resultan fáciles, pero podemos sintetizarlos, también, en tres apartados:

                -  En relación al pensamiento, se impone la necesidad de volver a la razón y a la reflexión no apasionada, afianzando la coherencia y el sentido humanista y solidario

                - En relación a la regeneración social y política de la postpandemia, con todos los daños sociales que habrá que afrontar, es necesario e imprescindible colaborar con todas nuestras fuerzas, sobre todo en favor de los más débiles

                - Y a nivel personal se impone la necesidad de buscar espacios de reflexión (y si es preciso con ayuda de profesionales) para trabajar, desde el interior de las personas, la recuperación del equilibrio racional, por encima de las subjetividades emocionales.

                Nos queda por delante una tarea ardua y difícil, pero también apasionante…

sábado, 1 de mayo de 2021

IMPERIO DIGITAL - La Puntilla- 2 de mayo de 2021

 

IMPERIO DIGITAL

Que las nuevas tecnologías digitales están cambiando el mundo es una afirmación casi unánime, pero resta una segunda constatación: ¿para bien, o para mal?

Desde el inicio de esta transformación digital el gran semiólogo italiano Umberto Eco distinguió entre los llamados integrados (que aplauden casi con entusiasmo su aparición) y los apocalípticos (quienes auguran las peores consecuencias para esta revolución digital)

Pues bien, sirva este prólogo para constatar cómo, a raíz de la pandemia que nos sigue aquejando, el uso de las tecnologías digitales ha crecido de una manera espectacular y cómo este hecho merece un análisis correcto y desapasionado.

Porque sin caer en la desazón de los apocalípticos es preciso señalar que, como en todas las realidades, detrás de este uso masivo de los distintos vehículos digitales existe, por lo menos, un par de peligros de los que cabe ser conscientes: la deshumanización y el severo control al que estamos sometidos.

No negaré que para muchas personas tanto los móviles como las pantallas han sido, en la soledad y aislamiento al que hemos estado sometidos, un soplo de aire fresco y una posible fuente de comunicación. Pero una llamada telefónica no podrá suplir un Whatsapp, ni un email un abrazo…No podemos perder las miradas ni las palabras habladas…

Y no olvidemos, sobre todo, otro de los aspectos al que nos vemos abocados: el estricto control a que quedamos sometidos por parte quienes controlan políticamente y sobre todo económicamente las redes sociales. A ellos les ofrecemos de manera permanente quienes somos, qué pensamos y qué deseamos. Pasamos a ser sus esclavos…

Digitalizar, sí; pero entregarse al poder, no.