sábado, 24 de abril de 2021

 

LIBROS

 

 

Mi profesor de Sociología (uno aún tuvo “profesores”, mientras que las nuevas generaciones tienen hoy más bien “maestros”) me enseñó que, en cuestión de libros, hay que distinguir entre el libro objeto, que se compra como inversión por su valor material; el libro metro que sirve para decorar las estanterías; el libro signo de cultura, cuya posesión pretende mostrar la inquietud intelectual del adquiriente; el libro funcional, que se emplea como fuente de enseñanza (por ejemplo los libros de texto); y el libro literario, que pretende establecer un diálogo (palabra a través) entre el escritor y sus lectores…

         He recordado esta enumeración porque la actualidad de esta semana la hace prácticamente inevitable, o de inserción obligatoria, como se decía en los viejos tiempos, ya que la fiesta de san Jordi, en versión catalana, y el recuerdo de la muerte de Cervantes, en vertiente castellana, han servido, una vez más, de pretexto para que muchas personas hayan comprado o regalado algún libro…

         Y el hecho no deja de ser significativo, porque cuando, ante la explosión de las nuevas tecnologías digitales, eran muchos los que profetizaban que la vida del libro de papel se había acabado, la visión de tantas personas con un libro en sus manos, recientemente adquirido, no deja de reconfortar y desmentir a los apocalípticos culturales…

         Es obvio que siempre cabe analizar qué tipo de libros ha adquirido la gente, pero, en definitiva, está claro que los libros, en general, siguen teniendo la gran utilidad de avalar y hacer más firme la experiencia de las cosas…

         No cabe duda de que en el desarrollo de la persona uno de los momentos más grandes que suele sucederle es cuando aprende a leer… ¡Con qué gozo recordaremos todos, seguramente, aquel momento…! Pues qué pena no aprovechar esta habilidad…

         La pandemia que tantos signos negativos ha aportado ha sido, tal vez, una nueva ocasión para redescubrir el valor de un buen libro, capaz de hacernos surgir un diálogo con lo más profundo de nuestro interior…

         No perdamos la ocasión.

 

        

        

        

 


sábado, 17 de abril de 2021

RELATIVISMO - La Puntilla - 18 de abril de 2021

 

Relativismo

         Hay dos frases paradigmáticas que definen muy acertadamente esta sociedad líquida (contrapuesta a una sociedad sólida) en que vivimos.

         La primera es la conocida afirmación de Ramón de Campoamor (1817-1901: Nada hay verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira…

         La segunda nace de una introspección psicológica y afirma que no vemos las cosas tal como son, sino tal como somos… (en catalán suena aún mejor: no veiem les coses tal como són, sinó tal como som…)

         Viene a cuento hoy este comienzo porque cualquier observador de la realidad y, sobre todo, de los contenidos informativos que se nos ofrecen, cae en la cuenta de que existe una excesiva carga de manipulación tanto en los hechos como en las noticias que se difunden…

         Hoy se habla mucho de las noticias falsas, pero no se cae tanto en la cuenta de que la falsedad no consiste sólo en el hecho de difundir situaciones que no han sucedido, cuanto de exponerlas bajo el tamiz de determinados intereses…

         El relativismo impera por doquier y cada cual intenta proyectar su propia visión y sus propios intereses sobre hechos que son como son, por mucho que nosotros deseemos que no sean así…

         Y, por otra parte, lo más alarmante de esta situación no es que cada cual pretenda auto engañarse con su propia verdad, sino que esta tendencia sea también la que prevalezca en la conducta ética. Relativizar una moral que no tenga como punto supremo el bien común es llevar al caos la sociedad. Lo inmoral no es negociable…

        

        

        


sábado, 10 de abril de 2021



Adiós... 

Adiós…

         No deja de ser curioso que en una sociedad tan secularizada como la nuestra se siga todavía manteniendo la expresión Adiós (que proviene de a Dios…) como despedida provisional o definitiva entre dos o más personas…

         Claro que los que se consideran más modernos o snobs prefieren el hasta luego, bye-bye o chao…, pero el Adiós sigue vigente, como es también frecuente oír, cuando la despedida es ya definitiva, el donde quiera que estés… (dicho en ocasiones por quienes dicen creer que ya no hay nada más después de este vida…).

         He evocado esta introducción porque esta semana hemos dicho Adiós… a dos personas relevantes: el activista social por la paz y la justicia social Arcadi Oliveres y el relevante teólogo suizo Hans Küng.

         Abocado a una muerte ya segura, a Arcadi Oliveres le habían preguntado recientemente en televisión cómo quisiera ser recordado, y su respuesta fue toda una lección de vida para nuestra sociedad: como una persona coherente y sin miedo…

         Coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace, y siempre sin temores a las posibles consecuencias de nuestras actitudes: he aquí una lección ética muy necesaria en este tiempo que nos toca vivir.

         ¡Y qué decir de Hans Küng, de tanta influencia en la necesaria renovación de la Iglesia católica, muy presente e influyente en el Concilio Vaticano II, y represaliado y marginado por una Curia romana retrógrada e inmersa en bastados intereses…!

         Cualquier sociedad que se precie de querer avanzar por caminos más humanos y más justos no puede perder de vista estas personas que han constituido auténticos puntos de referencia para conseguirlo.

         A los muertos se les dice adiós, se les recuerda y se les intenta imitar en lo mejor de sí mismos que nos dejan como herencia…

 

 

domingo, 4 de abril de 2021

PASCUA - La Puntilla, 4 de abril de 2021

 PASCUA

Si, según las estadísticas, 2.400 millones de personas (un 32 por ciento de la población mundial total) se declaran cristianas, y más allá de la profundidad de esta opción, lo cierto es que hoy la palabra más divulgada, hablada y escrita en todo el mundo será la palabra Pascua...

Pascua es una palabra hebrea y aramea, que pasó luego al griego, finalmente al latín y luego a las diferentes lenguas, y que fue utilizada en su origen para festejar un paso, un tránsito, un cambio, una transformación... Y, en concreto, el pueblo hebreo la asimiló para festejar el paso de su esclavitud en Egipto a su liberación...

Desear una buena Pascua, pues,  será hoy un mensaje ampliamente divulgado entre millones de personas; y a mí me gustaría matizar en qué se pueden concretar estos supuestos pasos o avances personales y comunitarios muy necesarios hoy en nosotros y en nuestra sociedad...

–Es obvio, por ejemplo, que la pandemia del Covid-19 que venimos padeciendo hace ya demasiado tiempo, nos urge y estimula a dar un paso más hacia la solución de todos los problemas que ha comportado. En este punto somos muchos los que podemos estar de acuerdo, pero es preciso actuar...

–Las consecuencias personales y sociales que ha producido la pandemia está exigiendo, sin duda, un paso más en el esfuerzo colectivo de solidaridad, un tránsito en la transformación de una sociedad individualista en una sociedad más comunitaria. Y más allá de las palabras se necesitan hechos...

–El calendario nos ofrece un período de cincuenta días en que la palabra Pascua estará en la boca de muchos viejos y nuevos cristianos que la ofrecen a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren sumarse a la tarea colectiva: al paso de una sociedad individualista a una sociedad más libre, más igualitaria y más fraternal... El paso que ya preconizaba la inacabada revolución francesa...

Que tengan todos ustedes una buena Pascua...