sábado, 27 de marzo de 2021

ENTERARSE... La Puntilla, 28 de marzo de 2021

 

ENTERARSE...

Mi comentario de hoy parte de un pensamiento que aprendí de Pilar Gefaell, la esposa del gran poeta José María Valverde.

Se preguntaba a sí misma cómo y por qué había ido cambiando poco a poco en su vida, y se auto-respondía: creo, sencillamente, que enterándome de las cosas...

Le gustaba reflexionar sobre el ser del saber: saber no es sinónimo de acumular conocimientos...Enterarse no es solamente estar informados... Paradójicamente hay mucha gente que piensa que está muy bien informada, pero que, a la vez, es muy ignorante porque no sabe qué hacer con su información...

He recordado estos apuntes reflejados en mi dietario, porque pienso que en estos momentos nuestra sociedad adolece de presumir de que tiene más información que nunca y, a la vez, parece que le sirve poco para cambiar las conductas...

Y es que saber, en definitiva, es asimilar, interiorizar y llevar a la vida y a la acción los conocimientos adquiridos y buscar las herramientas que sirvan de verdad para analizar, valorar y optar por los auténticos valores...

Hoy, sobre todo en la pandemia que estamos viviendo, hay quien lo cifra todo en el pensamiento científico que nos ayude a encontrar la vacuna adecuada, pero, nos olvidamos de que la vida va más allá, porque pasará la pandemia y la vida seguirá...Y lo importante no será solamente que la ciencia haya vencido el mal, sino que nos hayamos enterado de que la vida necesita cambios no solamente aportados por la ciencia, sino por la vida misma...

La gran asignatura del ser humano es la asignatura de la vida. Intentemos aprobarla. 


sábado, 20 de marzo de 2021

PRIMAVERA - La Puntilla, 21 de marzo de 2021

 

PRIMAVERA

« ¿Hay hoy poca espera y demasiada desesperanza?...»

Valga este interrogante para no dejar pasar por alto, en principio, la lección que una vez más nos ha vuelto a dar la venida de la primavera.

Sí, la primavera, cantada hasta el exceso por los poetas como el gozoso retorno de la brisa suave, el estallido de las flores, la abundancia de los frutos y el canto alegre de los pájaros, ha llegado puntualmente…

Y entre las reflexiones que puede suscitar su presencia no es menor la que, en medio de la situación pandémica que nos envuelve, nos recuerda que las verdaderas esperanzas, si se buscan y se trabajan, siempre retornan…

« No hay mal que cien años dure» afirma el refrán, y aunque los más escépticos suelen añadir « ni cuerpo que los resista…», situación que, desventuradamente, ha sido realidad para muchos de los afectados por el Covid-19, lo cierto es que la primavera vuelve a ser la mejor demostración de que los inviernos climáticos, y también los inviernos personales, sociales o políticos, tienen casi siempre caducidad.

La primavera, pues, ha de alentar los cuerpos y los espíritus de las personas para afrontar, al ritmo de la naturaleza, una renacida y renovada esperanza emocional, para seguir haciendo de nuestras vidas una gozosa aventura de vivir…

A Antonio Machado, siempre inolvidable, la primavera le recordaba una juventud sin amor, y le estimulaba a meditar, en el intermedio de su vida, sobre aquella juventud nunca vivida; y es que, sin duda, la primavera es, para cada cual, una buena ocasión para renovar nuevos retos y nuevos frutos.

Feliz primavera, pues, para todos.

 

sábado, 13 de marzo de 2021

Analistas - La Puntilla, 14 de marzo de 2021

 

Analistas

Cuentan que iban dos individuos en el departamento de un tren y uno de ellos, próximo a la ventana, exclamó: –vaya, en esta tierra las ovejas son negras…; pero el otro viajero le contestó, bueno, di, si acaso, que acabas de ver que en esta tierra hay ovejas negras, pero no quiere decir que todas lo sean…

Valga la anécdota para denunciar uno de los errores más frecuentes en el momento de analizar las realidades: la excesiva tendencia a la generalización…

Ya el gran Churchill lo advertía en su momento cuando al preguntarle qué pensaba de los franceses, respondió: pues no sé, no los conozco a todos… O, en tono más jocoso, aquel vasco al que le preguntan cómo se llamaban los habitantes de San Sebastián…y responde que sabía algunos, pero que no podía saber los nombres de todos ellos…

Nos hallamos hoy, sin duda, ante una degradación de los análisis políticos, sociales y religiosos. Privan excesivamente los prejuicios, los tópicos y las imprecisiones, cuando no sobrevienen, a la vez, el fomento parcial de los propios intereses, los prejuicios, las descalificaciones del contrario, o el hecho de pretender regalar los oídos de los poderosos.

Los analistas, los líderes de opinión, los no siempre bien llamados intelectuales de un país son hoy muy necesarios, pero siempre y cuando vayan bien pertrechados del talento, el sentido de la realidad, el afán por la verdad, y el rechazo de la mentira. Y esto no abunda.

Si difícil es el oficio de pensar, cuanto más erigirse en guía y punto de referencia de los demás, si esta tarea no va bien dotada de un sentido profundamente ético de la vida.

Las lamentaciones sirven de poco, pero hoy nos sobran, sin duda, políticos tabernarios y nos faltan, como el agua que calma la sed, personas con suficiente coraje intelectual para orientarnos sin tener que pagar tributos a nada ni a nadie.

Busquémoslas.

 

 

 

 

sábado, 6 de marzo de 2021

CREDIBILIDAD - La Puntilla, 7 de marzo de 2021

 

Credibilidad

Denuncian hoy los sociólogos que se advierte en la sociedad actual una alarmante crisis de credibilidad. Una situación que, además, se ha visto incrementada por la gestión de la ya larga pandemia que nos azota.

¿Y en qué se muestra esta progresiva ausencia de credibilidad?

Por ejemplo:

       en que cada vez son menos los gestores políticos que nos merecen confianza;

       en que se extiende y amplía la denominada sociedad de la sospecha, de manera que entre los mismos ciudadanos y ciudadanas de a pie se buscan intereses ocultos en los diversos actos de las personas;

       y en que abunda cada vez más el hecho de que la mentira es más aceptada que la verdad…

¿Cuáles pueden ser las causas de esta actitud social?

       Una primera bastante obvia es la creciente y amplia distancia, en ocasiones, entre saber de qué se habla, y/o hablar de lo que no se sabe ni se vive…

       Una segunda es la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, lo que parece ser y lo que es… Una cosa es parecer honrado, y otra serlo.

       Y una tercera, que suele ser muy actual, es unir la posible credibilidad de una persona y su equipaje ideológico a los efectos emocionales que provoca, situación que no siempre es así…

 Siempre se ha dicho que la credibilidad se edifica más con hechos que con palabras, con obras y no con discursos, y tal vez sea por esto que son muchos ahora los edificios ideológicos que se derrumban…