domingo, 31 de marzo de 2019

Las esperas - La Puntilla 31 de marzo de 2019


LAS ESPERAS

Dijo: –« nos pasamos la vida esperando...»

Y le replicó: –« sí, es cierto, pero la mayoría de nuestras esperas son vanas, vacías o simplemente emocionales...»

El diálogo abordaba uno de los muchos temas que se observan hoy en nuestra sociedad, como es el hecho de tantas personas que viven más de esperas que de esperanzas...

–¿Y en qué se nota la diferencia?

Pues en que en muchas ocasiones la denominada espera es simplemente la expresión de un deseo inaccesible, o que está muy lejos de nuestro alcance. Más que una espera es la manifestación de un deseo, pero un deseo prácticamente inalcanzable si no va acompañado de un arduo trabajo...
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Cuántas veces oímos frases como - « espero que algún día cambie mi situación; espero que me acompañe la suerte, o espero que viviré muchos años...; o también, espero que algún día me comprendas, espero no haberte herido, espero que llegues a ser feliz...»

Y sucede entonces a menudo lo que manifiesta el dicho: que «quien así espera, se desespera..» La aridez de la espera es implacable.

– «¿Qué solución propone entonces usted para afrontar esas esperas que tanto desaniman a las personas?»

– « Pues le digo que solamente la esperanza mitiga la ansiedad y el vacío de la espera...»

– «¿Y qué entiende usted por esperanza?»

– No me pida ahora una definición trascendente. Me contentaré con una más llana y sencilla: «la esperanza es la espera activa...» 

La esperanza es poner todos los medios a nuestro alcance para conseguir aquello que esperamos y mantener viva la certeza de que nuestros esfuerzos no serán inútiles...




sábado, 23 de marzo de 2019

Dolor y gloria - La Puntilla 24 de marzo de 2019


Dolor y gloria

Un conocido cineasta, director laureado, ha lanzado su última película con el título de Dolor y gloria, en un intento de sintetizar con ambas palabras los rasgos más destacados de su biografía...

Y realmente es cierto que en cualquier biografía humana el dolor, sea físico o moral, suele ocupar un lugar importante, aunque la sensibilidad tanto física como moral no sea la misma en todos los seres humanos...

Pero lo que yo pondría más en cuestión es que en las biografías humanas pueda hablarse de una realidad tan escurridiza como la gloria...

Acogiéndome al diccionario, leo, entre trece posibles definiciones, que la gloria es reputación, fama y honor extraordinarios que resultan de las buenas acciones y grandes cualidades de una persona...

Hay quienes dicen cubrirse de gloria, quienes afirman estar en la gloria, y quienes desean de alguien que en gloria esté...

A mí, sin embargo, educado en el humanismo clásico, me suenan mejor las palabras del filósofo latino Boecio cuando afirmaba que la gloria humana no es otra cosa que un gran rumor de viento en los oídos...O, poniéndome más al día y leyendo al loable Benedetti, me agrada denunciar que la gloria engaña, aunque suela ser un engaño con el que terminamos abrazados... 

Y, en definitiva, me quedo con la sabiduría popular cuando afirma que gloria mundana, gloria vana; hoy florece y está seca mañana...




sábado, 16 de marzo de 2019

MIRADAS - La Puntilla. 17 de marzo de 2019


MIRADAS

« Mira dos veces para ver lo que es justo; mira una sola vez para ver la belleza..."

Este pensamiento del filósofo y moralista suizo Henri-Frédéric Amiel (1821-1881) merece un comentario.

Porque aunque al tratarse de miradas no es tanto cuestión de cantidad cuanto de cualidad, lo cierto es que es muy útil esta distinción entre el mirar la justicia y el mirar la belleza.

Porque en relación con la justicia o cualificación moral de la conducta, hoy hay, en general,  una excesiva precipitación al valorar la conducta de los demás.

Tendemos excesivamente a erigirnos rápidamente en jueces de los demás y a pontificar sobre la bondad o la mandad de sus actos. O, como dijo quien lo dijo, a mirar la mota en el ojo ajeno y a ignorar la viga en el propio...

Si Juan Ramón JIménez decía con frecuencia que no se arriesgaba a lanzar una palabra porque aún no la consideraba hecha, cuanto más habrá que matizar una mirada hasta que no tenga una entidad bien definida...

Mirar no es solamente ver. Mirar es analizar. Mirar es contextualizar.

Ver lo que pasa no es lo mismo que mirar lo que pasa... Es muy sintomático que en la mayoría de los idiomas se distinga entre los actos de los sentidos y el suplemento de atención y valoración que los acompaña: oír y/o escuchar; ver y/o mirar..; hablar y/o razonar, etc...

En una sociedad en la que se vive excesivamente deprisa podemos caer en el peligro de convertirnos en autómatas dotados de sentidos, en lugar de personas con capacidades racionales. 










sábado, 9 de marzo de 2019

El lenguaje misógino - La Puntilla 10 de marzo de 2019



El lenguaje misógino

Al hilo de la reciente celebración del Día Internacional de la Mujer, voy a reflexionar sobre el tema, pero lo haré desde mi condición de trabajador del lenguaje.

Pienso que el lenguaje es siempre un claro reflejo de la sociedad en la cual se produce y que si la sociedad no cambia poco podemos esperar sobre el desenmascaramiento del lenguaje. Pero aunque es obvio que el cambio de lenguaje no conlleva consigo el cambio de sociedad, por lo menos, ayuda.

Por eso, es hora se seguir trabajando para hacer desaparecer todo atisbo de lenguaje misógino. 

Porque un análisis de los abundantes dichos populares y refranes que existen en nuestra lengua sobre las mujeres muestran una misoginia feroz que se resiste a ser eliminada. 

Hablar, por ejemplo, al referirse a las mujeres, de sexo débil, o de ¡mujer tenía que ser!, o  de mujer al volante, peligro constante, son matices claramente reprochables...

Y no digamos nada de expresiones como a la mujer casada y casta, el marido le basta; o mujer compuesta, quita al marido de otra puerta; o mujer, la pata quebrada y en casa... por no citar expresiones mucho más hirientes. Todo esto sobra. Y aún peor, también, un dicho de un notorio fundador de una institución religiosa que afirma que ellas no hace falta que sean sabias, basta con que sean discretas...

Me he referido muchas veces, en estos comentarios semanales, a que hoy nuestra sociedad se enfrenta a dos retos fundamentales que son la ética y la cultura. Creo que es desde ellos desde donde debemos trabajar para enmarcar las justas reivindicaciones de las mujeres. Lo que ahora está sucediendo es expresión de una sociedad éticamente reprobable y culturalmente devastada.

sábado, 2 de marzo de 2019

La Puntilla, 3 de marzo de 2019 - ¿VERDAD, O POSVERDAD?



¿VERDAD, O POSVERDAD?


He escrito ya alguna que otra vez sobre este concepto de posverdad, muy presente en nuestra sociedad actual.

Se trata de un neologismo, admitido recientemente por la Real Academia de la Lengua, para indicar una actitud de distorsionar deliberadamente una realidad, a fin de influir en las emociones, creencias o deseos de quien nos oye. Alguien la ha definido como la mentira emotiva...  Se trata, por lo tanto, de suplantar la verdad, que se basa en hechos objetivos, por la apariencia de verdad, de manera que esta sea más importante que la verdad misma.

Y si vuelvo a escribir hoy sobre este tema es porque ante el espectáculo al que estamos asistiendo en estos días en relación con el juicio que se está desarrollando en el Tribunal Supremo, son muchas las personas que se preguntan:

– Si a los testigos se les pide que prometan o juren que van a decir la verdad, ¿cómo es que son diversos los testigos que manifiestamente la ocultan, o dicen simplemente no acordarse de nada?

Este hecho, mucho más allá de intereses o partidismos políticos, es preocupante y viene a dar la razón a quienes se preguntan si no estarán sustituyendo la verdad que se les pide, por la posverdad interesada...

Alguien escribió que cuando uno se declara ignorante su auténtica enfermedad es que ignora su propia ignorancia...

Sobre la verdad se han escrito páginas y páginas; y desde el famoso gobernador romano que preguntó ¿y qué es la verdad?,  hasta el inolvidable Machado que reivindicaba ni tu verdad, ni la mía, sino la verdad...todos nos hemos preguntado muchas veces por este irrenunciable concepto que marca la vida de la sociedad y de las relaciones humanas... Y lo que no es de recibo es que la reduzcamos a la posverdad de los propios intereses. Y mucho menos es una actitud ética.