La dignidad no se vende…
Kant, otro filósofo también progresivamente
desconocido, solía decir que las personas tienen dignidad, mientras que los
objetos tienen precio…
Hoy,
sin embargo, esta afirmación suele ser controvertida, porque hay demasiadas
personas que ponen precio a su dignidad, o piensan que el precio es más
importante que la dignidad…
Pensemos
un poco sobre el tema.
Pregunté
en una ocasión a mis alumnos qué entendían ellos por la dignidad de la
persona humana; y entre las variadas respuestas encontré afirmaciones como
éstas:
–es ser
responsable y saber respetar a los demás…
–es no
aceptar ser una veleta al aire de los vientos que corren…
–la
verdadera dignidad es no pretender invadir la dignidad de los demás…
–mantener
la propia dignidad de las personas es trabajar contra las coacciones externas
que tantas veces nos acosan…
–es no
arrodillarse ante nadie que pretenda esclavizarnos…
Las
afirmaciones y pensamientos podrían multiplicarse, pero más allá de las
definiciones que otros puedan dar, lo más importante es que cada persona sepa
autodefinir en qué cifra su verdadera dignidad…
Diga
cada cual.