sábado, 29 de abril de 2017

La Puntilla - 30 de abril de 2017 - EMAÚS


EMAÚS

Hay aldeas, pueblos o ciudades que han alcanzado un nombre universal, gracias a un acontecimiento o un relato del que han sido protagonistas.

Uno de estos lugares es, por ejemplo, Emaús, nombre latino de un antiguo pueblo hebreo, Hammat, que significa primavera templada... Hoy los restos de este lugar se encuentran a once kilómetros de Jerusalem, al lado de la autopista que va de Jerusalem a Tel Aviv.

¿Y por qué estos días se habla en muchos lugares, sobre todo en las iglesias, de Emaús?

Porque fue el lugar a donde se dirigían, según un relato del evangelista Lucas, dos caminantes,  que constituyen un maravilloso símbolo de la situación y las vicisitudes del hombre y la mujer contemporáneos.

El relato sitúa a estos dos protagonistas en cuatro situaciones plenamente representativas de lo que está pasando en nuestros días.

Dice, en primer lugar, que aquellos dos caminantes iban por el camino preocupados y desengañados porque no se habían cumplido sus expectativas. ¿A cuántos hombres y mujeres no les está sucediendo hoy esto mismo en el camino de la vida?

El segundo momento es que encuentran alguien con quien hablar. Más aún, asisten a una conversación que les hace vibrar el corazón. ¿No necesitamos hoy más que nunca un diálogo con personas que nos motiven y nos acompañen?

Un tercer gesto es la mesa compartida. Y este hecho nos indica que hoy las personas necesitan encontrarse en el compartir, sea la mesa, las ideas, las tareas, o la presencia.

Y un cuarto punto es ir a anunciar a los demás las alegrías de las oportunidades recibidas. No podemos desaprovechar tanta gratuidad. El bien sólo és auténtico cuando se comparte con los demás.

A mí este relato me parece, por lo tanto, una espléndida parábola sobre la necesidad de renovación interior que todos tenemos, y de los caminos que pueden conducirnos a conseguirla.



sábado, 22 de abril de 2017

La Puntilla - 23 de abril de 2017 - LIBROS


LIBROS

Cuando llega, cada año, este estallido de venta de libros que se produce con ocasión de sant Jordi, surgen en mi unas cuantas preguntas que no siempre encuentran una respuesta plenamente satisfactoria. Por ejemplo:

– ¿Por que suelen ganar los concursos literarios y los galardones, escritores y escritoras que no siempre presentan obras dignas de ser premiadas?

– ¿Por qué hay hoy en nuestro país muy pocos intelectuales y pensadores realmente críticos, que nos ayuden a reflexionar con sus libros sobre las situaciones que nos rodean?

– ¿Por qué se venden libros de escritores de muy poca calidad, amparados en la imagen televisiva de sus autores, o en su capacidad de auto-promocionarse?

Las preguntas podrían continuar, pero siempre es más positivo tratar de encontrar respuestas.

Que haya pocos pensadores críticos tiene una explicación tristemente real ya que la mayoría de ellos están empleados por el Gobierno, y, naturalmente, nadie arriesga morder la mano que le da de comer... Existen demasiados intereses creados.

Que muchos escritores y escritoras triunfen inmerecidamente nos hace ver que todo este mundo del libro es hoy víctima del mercadeo y del negocio de consumo. 

Y que exista un trafico de influencias y de pago de deudas y favores en el mundo de los concursos literarios es cosa bien sabida.

¡Qué pena, pues, que en este ámbito importante de la cultura como es el mundo del libro, ya bastante asediado por las nuevas modas tecnológicas, se impongan las corruptelas y las mediaciones económicas!

Bastante triste es ya el panorama cultural como para que nos carguemos también el insustituible mundo del libro. 




sábado, 15 de abril de 2017

La Puntilla - 16 de abril de 2017 - PASCUA


PASCUA

Una de las palabras que se ha incorporado al lenguaje universal, con diferentes variantes, pero con un mismo significado, ha sido una palabra derivada del pesah hebreo y que indica el paso hacia la libertad de un pueblo cautivo en Egipto; y, en versión cristiana, el paso de la muerte a la vida del Cristo de Nazaret. Nosotros, en nuestro idioma, a este paso le denominamos pascua.

Y no deja de ser curioso que estos días las gentes se deseen feliz pascua, mostrando cómo en el más profundo subconsciente, y más allà, incluso de creencias religiosas, se están acogiendo al grito de libertad que, en principio, significó para el pueblo hebreo aquel paso por el mar Rojo que les liberó de la cautividad. Se diría que hoy también la gente añora el gran don de la libertad, ya que existen demasiadas esclavitudes...

Es todavía muy largo, y más para muchas personas, el camino de la liberación interior, y pascua, en plena primavera, siempre más allà del plenilunio posterior al 20 de marzo, es una señal, un anhelo y una esperanza...

La esperanza, sobre todo, de que los signos de vida y de libertad puedan triunfar sobre los signos de muerte y de cautividad.

Entiendo,pues,que muchas personas se acojan a un sincera esperanza y se deseen y se autopidan una feliz pascua...

Por eso hoy, desde este sencillo blog, sólo puedo transmitir para todos cuantos lo lean y lo sigan, un sincero y entrañable deseo de que la pascua de 2017 ilumine sus posibles tristezas, fortalezca su capacidad de seguir luchando, y consuele sus penas y dolores.

Amigas y amigos, feliz Pascua 2017.

domingo, 9 de abril de 2017

La Puntilla 9 de abril de 2017 - ¿Y QUÉ ES LA VERDAD?

¿Y QUÉ ES LA VERDAD?

En estos días de la semana que iniciamos resonará, como eco de la liturgia cristiana, la impactante pregunta de Pilatos, el gobernador romano a Jesús de Nazaret: ¿y qué es la verdad?

Es la incógnita que se enraíza con frecuencia en nuestras dudas existenciales y que forma parte de las limitaciones de nuestra condición humana en el momento de actuar.

Tanto es así que, como ya he comentado en otra ocasión, hoy afirman los sociólogos que la humanidad está cayendo en la denominada posverdad, que no es otra cosa que apañar y acomodar la verdad de los hechos a las conveniencias de quien los vive.

Un viejo profesor explicaba así a sus alumnos está tendencia, en relación con la deformación de la verdad de los hechos:

Sale un hombre del tiempo en la televisión y anuncia que va a presentar la información meteorológica en versión de los demócratas... Y a continuación, cuando acaba su información, anuncia que ahora dará de nuevo la información según la versión de los republicanos...

Naturalmente, los televidentes quedan estupefactos ante semejante manera de hacer, ya que piensan que si hace frío o calor, si el ambiente está bajo cero o a 30 grados, si llueve, o si no llueve, será igual para demócratas que para republicanos...

La posverdad es el culto a la opinión, mientras que la verdad sólo se alcanza en la reflexión y en la aceptación de las propias limitaciones. Las opiniones son libres, pero los hechos son sagrados...

Por eso, tenemos por delante unos días propicios para hacernos la misma pregunta que Pilatos y seguir el sabio consejo del inolvidable Antonio Machado: ¿Tu verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdate-la...

Amigas y amigos, buena semana.


sábado, 1 de abril de 2017

LA PUNTILLA - 2 DE ABRIL DE 2017 - AMOR QUE LIBERA


AMOR QUE LIBERA

Frente a los falsos amores que encadenan es preciso reivindicar el amor como la gran fuerza liberadora de las personas. 

De hecho, el amor identifica a las personas. Dime a quién y qué amas y sabré mucho de ti.

El amor comienza con el encuentro de un yo propio para encontrar un tú ajeno y formar un nosotros común. 

Hoy hemos deteriorado excesivamente los conceptos e incluso pretendemos que la realidad dependa de lo que a nosotros nos parezca, y no de lo que es.

Pensamos, por ejemplo, que amarse sea competir;o que compartir sea utilizarse.

Hemos ido tan lejos que intentamos afianzar nuestras inseguridades a costa de los demás.

Y el problema radica, entre otras causas, en que hemos perdido mucha libertad interior.

El amor para ser compartido de verdad ha de prescindir totalmente de cualquier tipo de esclavitud impuesta.

La sociología habla de la posverdad como el gran deterioro de nuestro tiempo. 

El fundamento de esta nueva moda es que lo bueno o lo malo, lo útil o lo inútil, lo honorable y lo deshonroso sean actitudes mayores o menores de lo que realmente son según convenga al propósito de quien habla... 

Y, naturalmente, cuando esta posverdad es aplicada al amor, hemos sentenciado ya su irremediable pena de muerte...