Vacaciones...
Ha llegado para muchos, que no para
todos, el denominado tiempo de vacaciones, y ahí anda cada cual con el
pensamiento puesto en el cómo y cuando organizará su tiempo de asueto.
Por eso me gustaría escribir hoy en mi
Puntilla algunas de las consideraciones que se me ocurren en relación con esa
etapa tan singular del año.
Pienso, en primer lugar, que una de las
trampas con que nos suele obsequiar la sociedad de consumo a través de la
publicidad es el hecho de contratar viajes supuestamente culturales, en los
que, aparte de la paliza de los transportes, lo de menos es la cultura…
Están también las promesas de playas
paradisíacas en las que juega más papel la imaginación que la realidad…
Y no hablemos, por supuesto, de los
prometedores presupuestos del coste, que luego derivarán en gastos y deudas no
esperadas…
Preocupa, por otra parte, que en un
mundo en el son muchos los que no tendrán vacaciones, los que puedan gozarlas
no tengan ni siquiera un poco de tiempo para ocuparse de personas a las que
dicen querer…
El gran filósofo Husserl habló de que
todo ser humano tiene una interioridad y una exterioridad… ¿Puede hacer
vacaciones nuestra interioridad sin resarcirse?
He escrito varias veces que los griegos
distinguían entre el cronos, o tiempo de la cronología, y el Kairós,
tiempo de las situaciones especiales…
Os deseo, pues, una buenas vacaciones Kairós…