viernes, 27 de septiembre de 2019

ESCONDER ES QUERER IGNORAR - La Puntilla - 29 de septiembre de 2019


ESCONDER ES QUERER IGNORAR

Dialogan Mafalda y Susanita, dos de los geniales personajes de Quino, el humorista gráfico argentino, y dicen:

– A mí me parte el alma ver gente pobre
– A mí también
– ¡Habría que dar techo, protección y bienestar a los pobres!
– ¿Para qué tanto? Bastaría con esconderlos...

Este fin de semana, justamente, en todas las iglesias católicas del mundo se ha hablado también de un rico que ignoraba la presencia de un pobre a la puerta de su casa...

Nos hallamos, por lo tanto, por lo que parece, ante una de las actitudes más típicas de nuestra sociedad: pensar que ocultando los problemas, éstos desaparecen...

Por otra parte, no sé cual será la intencionalidad y fiabilidad de la encuesta, pero esta última semana, entre las variopintas noticias que se han producido, hay que anotar que se nos asigna a la sociedad española uno de los más altos índices de idiotización...

Una sociedad idiotizada será, digo yo, aquella que piensa que los fraudes no son fraudes, y  que las mentiras pueden ser verdades si se venden bien... O la que cree que esconder la verdad equivale a anularla...

El peligro de estos temas, además, es limitarse a airearlos con limitadas dosis para que no causen excesivos problemas... Vaya, como les puede pasar a los miles de jóvenes que se han lanzado a la calle para defender la vida del planeta... Chicos y chicas, indignarse es necesario, pero no es suficiente... Ser rebelde e insumiso tiene un precio muy alto. 


sábado, 21 de septiembre de 2019

La Puntilla, 22 de septiembre de 2019 - SORORIDAD




SORORIDAD

A nuevas realidades, nuevas palabras, y ya en la Puntilla de 25 de agosto me referí a la Emocracia como uno de esos neologismos surgidos para expresar una supuesta democracia más emocional que razonable…

Hoy me ocuparé de otra de las palabras que va imponiéndose: la sororidad…

Es sabido que muchas de las palabras de nuestras lenguas románicas proceden básicamente del latín, y si frater significa hermano, sor, soror, significa hermana, y ahí nace la nueva palabra sororidad…

Porque si la fraternidad ha venido usándose como sinónimo de solidaridad y hermandad entre las personas, y entre éstas hay hombres y mujeres, no es pertinente que sólo aparezcan los fraters, hermanos, y no las sorors, hermanas, y de ahí que sororidad sea la palabra nacida para expresar más en concreto la solidaridad y hermandad entre las mujeres…

Ya sé que ante cuestiones como ésta son muchas las personas que dicen que todo esto son tonterías y banalidades de lenguaje; o que son cosas de feministas trasnochadas…

Este análisis, sin embargo, resulta por lo menos superficial, cuando no ofensivo, porque una palabra como sororidad no nace como un capricho más, sino como la expresión de un deseo que quiere salir al paso de un tópico muy extendido: el que afirma, por ejemplo,  que las rencillas entre las mujeres son mucho más punzantes y vengativas que entre los hombres…

La sororidad alienta una mayor vinculación y fraternidad entre las mujeres a fin de conseguir objetivos comunes que les corresponden. Bienvenida sea  la palabra, pero, sobre todo, que sea realidad lo que quiere expresar...

sábado, 14 de septiembre de 2019

ÉTICA Y RELIGIÓN - La Puntilla - 15 de septiembre de 2019



ÉTICA Y RELIGIÓN

En medio de la frecuente confusión terminológica propia de nuestra sociedad actual, un joven me preguntó en una ocasión: ¿Pero la ética no es lo mismo que la religión...?

Y este interrogante me ha recordado la respuesta que le dió el gran filósofo galés Bertrand Russell a quien le preguntó algo similar. Dijo: he recorrido bastantes países pertenecientes a diversas culturas, y en ninguno de ellos me permitieron robar, mentir o cometer actos deshonestos...   O sea, concluyó Russell, que sin religión se puede vivir, pero sin ética, no...

He querido reflexionar hoy sobre este punto porque es obvio que existe, sobre todo entre la población más joven, una cierta confusión en  estos temas. Y es que venimos, tal vez, de un período demasiado largo en el que la conducta ética era solamente la marcada por la religión católica... 

Es cierto que ética y religión tienden a caminar juntas y se necesitan, pero ambas son, y han de ser siempre, autónomas. Las dos nos ayudan a orientarnos en la vida, pero desde orientaciones y motivaciones distintas.

La confusión actual, especialmente, insisto, entre un amplio sector de la juventud, consiste en pensar que alejarse de la religión es alejarse de las actitudes éticas en la vida personal, familiar o social... Y esto es un grave error.

Los grandes valores e ideales del respeto, la dignidad de las personas, la igualdad, o la solidaridad  son previos y autónomos de cualquier credo religioso, aunque sea cierto que muchos de ellos son pueden ser motivados y potenciados por opciones religiosas.

Una opción atea no pude abdicar de ser una opción ética, como una opción religiosa no puede olvidar su proyección ética... Ambas han de ser, por encima de todo, eminentemente auténticas. 





sábado, 7 de septiembre de 2019

Máscaras - La Puntilla - 8 de setembre de 2019


Máscaras

La define muy bien el diccionario: Máscara: « objeto con el que alguien se cubre la cara para no ser reconocido...»

Pues bien: si en lugar de alguien son muchas y variadas las realidades y personas que se enmascaran, llegamos a la gran mascarada social en que se está convirtiendo nuestra sociedad...

He aquí unos cuantos ejemplos:

Cuando un posible gobierno denominado socialista se sabe no socialista se enmascara con el nombre de progresista, y ya tenemos una vez más el progresismo como la gran máscara para engañar ingenuidades...

Cuando de una ciudad donde hay robos en las calles se dice que es altamente insegura,  tenemos en juego la pretendida máscara para ocultar la verdadera inseguridad de miles  y miles de ciudadanos que viven en la inseguridad de su trabajo, su vivienda, o el poder llegar a fin de mes...

Cuando se distingue entre robos con violencia o intimidación la máscara es perfecta para silenciar los continuos robos silenciosos y teóricamente no violentos de los bancos, los especuladores y los corruptos...

Y cuando se airea que las redes sociales permiten hoy una mayor libertad de expresión y de opinión que nunca, aparece, más oculta que nunca, la máscara de los miles y miles de censores que marginan y silencian determinadas aportaciones en facebook o en twitter...

Máscaras y más máscaras, hipocresías en los hechos y en los lenguajes, en una permanente actitud de engaño y manipulación...: he aquí nuestra sociedad.

Y no deja de ser paradójicamente curioso, por otra parte, que la palabra máscara provenga del árabe y signifique objeto de risa, cuando hoy las máscaras que abundan y proliferan son las que verdaderamente dan pena...

Es hora, por lo tanto, de ir desenmascarando inmoralidades...