sábado, 25 de febrero de 2017

LA PUNTILLA - 26 DE FEBRERO DE 2017 - ENTRE CARNAVALES Y CENIZAS...


ENTRE CARNAVALES Y CENIZAS

Se me acerca una persona y me lanza a bocajarro:

De la Cuaresma ya sólo quedan exquisiteces gastronómicas (buñuelos y coca de llardons, por ejemplo) y un Carnaval prolongado... 

Hay personas a las que les cuesta aceptar que hay fiestas y celebraciones que hoy prácticamente han desaparecido de la vida pública. 

Y es que hoy nuestra sociedad no está, precisamente, para austeridades, reflexiones y silencios.

Pero en estas lamentaciones de los pretendidos adversarios de la secularización de las costumbres se esconde un error de apreciación que es necesario clarificar.

Da la sensación, por ejemplo, de que nos escandaliza más lo que pensamos que hemos perdido, que la pasividad ante la necesidad de encontrar nuevos caminos para reaviviar el espíritu de lo que vivíamos antaño.

Luther King afirmaba frecuentemente que lo que más le preocupaba era el silencio de los buenos...

Y silenciar la Cuaresma no es que ya no se practiquen los ayunos y abstinencias, ni las mortificaciones, las procesiones, los viacrucis, o los actos litúrgicos de antaño, sino que sean quienes se siguen considerando creyentes,  y también los no creyentes, renuncien a espacios de reflexión interior, a acciones solidarias, al ejercicio del perdón y a la austeridad de vida, entre otras acciones.

Quien tenga un por qué, siempre encontrará un cómo. En Cuaresma y fuera de la Cuaresma. 


sábado, 18 de febrero de 2017

La Puntilla - 19 de febrero de 2017 - HOMBRES Y MUJERES DE PAZ INTERIOR



HOMBRES Y MUJERES DE PAZ INTERIOR

Vivimos tiempos demasiado convulsos, pero no sólo por la conflictividad de los acontecimientos, sino también por nuestra manera de afrontarlos.
Hay un exceso de convulsión interior en demasiados hombres y mujeres.

O sea, que se necesita mucha más paz interior.

El ámbito espiritual de nuestro ser se alimenta de paz, y si la paz no existe, el espíritu padece anemia.

Buscamos la felicidad al margen de la paz interior, y no la encontramos.

¿Por qué perdemos tan fácilmente la paz? 
Por temores, amenazas o angustias. 
Porque nos traicionan las emociones. 
Porque un espíritu anémico ha perdido su capacidad de resistencia.

La paz nos la arrebatan a menudo las preocupaciones. 
Fijémonos en esta palabra: pre-ocuparse es anticipar previamente el resultado de una ocupación. 
Y el pesimismo, el fatalismo y la imaginación nos juegan con frecuencia muy malas pasadas. 
¡Cuántas pre-ocupaciones innecesarias nos alteran la paz!

Hay que trabajar más nuestra paz interior. 

Y los caminos para consolidarla son, entre otros:

– la reflexión para encontrarnos a nosotros mismos y analizar nuestras reacciones frente a los acontecimientos; 

– la aceptación de nuestras propias limitaciones;

–  y aprender a vivir con el hecho de no todo tiene explicación, no todo tiene respuesta, no todo tiene sentido, no todo es justo, ni todo es lógico. 











viernes, 10 de febrero de 2017

La Puntilla - 12 de febrero de 2017 - SOCIEDAD SORDA Y MUDA



SOCIEDAD SORDA Y MUDA

El pueblo, asombrado, exclamó: <hace oír a los sordos y hablar a los mudos...>

Lo que más llama la atención de esta acotación evangélica, independientemente de la fe de cada cual, es cómo provocó el asombro del pueblo aquel comunicador de cercanías y transcendencias que fue Jesús de Nazaret.

Hoy vivimos en una sociedad, y de manera muy concreta en la sociedad europea, que se muestra sorda ante el desamparo y la muerte de cientos de miles de seres humanos emigrantes y refugiados, y muda en la denuncia de las corrupciones, injusticias y mentiras que dan lugar a estas dramáticas situaciones.

Nos ufanamos de ser europeos y no nos damos cuenta de que una tremenda viga anula la visión de nuestros ojos y nos hace caer de bruces en el engaño. 

La lección es permanente y sirve de ejemplo y pedagogia para nuestra manera de comportarnos en la vida. Situarse en actitud abierta de oír y de hablar es la garantía de nuestra credibilidad en cualquier circunstancia.

Y si pretendemos que el pueblo vuelva al asombro, que es lo mismo que decir a la ilusión, a la lucha y al compromiso, tendremos que demostrar que somos, de verdad, portadores y comunicadores de liberación de nuestros oídos y de nuestra lengua.

Al pueblo no se le engaña, ni se le tiraniza, con el lema de no oír, no ver... y callar...

sábado, 4 de febrero de 2017

La Puntilla - 5 de febrero de 2017 - PRINCIPIOS PARA LA ACCION


PRINCIPIOS PARA LA ACCIÓN

Hoy, en todos los campos de acción, sea social, humanitaria, política, o religiosa, se trabaja bien, o se trabaja mal, o se podría trabajar mejor.

Y es que en cualquier acción se necesitan unos principios básicos que no siempre se tienen en cuenta.

En mi vida jugó un papel muy importante un librito que, por allà los años cincuenta, en plena formación, cayó en mis manos y que hoy, casualmente, ha vuelto a mi mesa, y me ha inspirado este comentario.

Como decía su título, que es el mismo que encabeza esta Puntilla, se trataba de una serie de principios o pensamientos breves y directos que el autor, un eminente sociólogo y analista, que fue prácticamente el redactor de la famosa encíclica de Pablo VI sobre El desarrollo de los pueblos (Populorum progressio), exponía y comentaba brevemente.

Deseoso de compartir algunos de ellos con los lectores de este blog, he hecho una selección de siete de estos principios, 

Por ejemplo:

No imitemos a lo peor de la burguesía: no se trata de obtener ni de conservar posiciones o privilegios; se trata de servir...

– La vida es demasiado corta para perder una sola hora en intrigas

– La confianza no se impone: se gana...

– De vez en cuando hace falta soñar un poco...

– La sabiduría consiste en dar a casa suceso su verdadera importancia, su exacta valoración

– A las personas es preciso acercarse siempre con un gran respeto 

– En cualquier acción es muy difícil distinguir lo que proviene de la necesidad de actuar, del querer triunfar, o de la búsqueda de sí mismo en la entrega. Es cuestión de discernir...

Vale la pena experimentar y glosar personalmente cada uno de estos principios.