Las
cartas que ya no se escriben…
Las nuevas tecnologías han relegado al
olvido las cartas…
Quienes prácticamente nunca han
utilizado el género epistolar, ni tienen experiencia de cómo se hace y en qué
consiste, seguro que no lo echan de menos…
Pero quienes, en nuestra infancia,
adolescencia y juventud, por diversas circunstancias, fuimos escribidores
asiduos de cartas y enviamos al correo innumerables mensajes escritos, añoramos,
sin duda, aquella comunicación.
Porque no era solamente el hecho de
escribir una carta, sino, sobre todo, el ansia, la espera y la incertidumbre de
las respuestas que se esperaban…
En las cartas se desplegaban, con
frecuencia, los gozos y las inquietudes de la vida, se desnudaban las almas y,
sobre todo, es estrujaba uno la mente en la búsqueda de las palabras que mejor
pudieran expresar lo que se quería decir…
Sé que tengo la batalla perdida si hoy
recomiendo a alguien, sobre todo si se trata de una persona joven, que escriba
cartas a las personas con quienes quiera establecer relaciones de amor, consejo, o acción de gracias; y que saque de sí mismo lo mejor que tenga para mostrarlo…
Pero, aunque no lo consiga, no me rindo
a seguir con mi guerra particular y afirmo: cuando alguien quiera expresar a
alguien algo profundo y serio que a los dos haga bien, dígaselo por escrito,
mediante papel y pluma o bolígrafo…
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