Los
miedos al silencio
No cabe duda de que hoy estamos
rodeados e inmersos en el bullicio. Los ruidos de todo tipo, disfrazados de
música, móviles, televisión, tráfico y griterío son la gran barrera para no
escucharnos a nosotros mismos, ni escuchar a los demás.
Por otra parte, los silencios nos
horrorizan porque nos ponen frente a nosotros mismos y nos muestran realidades
que a veces no queremos oír, o contradicciones que nos resistimos a admitir.
Y, naturalmente, este exceso de ruido,
utilizado como estrategia de supervivencia, impacta muy negativamente en
nuestra salud física y mental.
La
gran carga de estrés, ansiedad e irritabilidad que muestran muchas personas se
debe, sin lugar a dudas, a su mala gestión del silencio. Alguien escribió que, en
definitiva, el
silencio es el espacio donde el sabio medita, y la cárcel de la que huye el
necio…
La
salud física y mental de las personas se gesta en su interioridad, y cuando
ésta mal habitada y mal gestionada se convierte en una fuente de desequilibrios
emocionales y mentales…
Muchas
personas aprovechan estos meses de verano para poder gozar de unos días de
descanso, y tendrán, sin duda, una gran oportunidad para huir de ruidos y
bullicios y experimentar el encuentro con el silencio y la calma para oír a los
demás, y, sobre todo, para oírse a sí mismas. Aprovechen la ocasión.
Amemos
el silencio creativo.