SOCIEDAD SORDA Y MUDA
El pueblo, asombrado, exclamó: <hace oír a los sordos y hablar a los mudos...>
Lo que más llama la atención de esta acotación evangélica, independientemente de la fe de cada cual, es cómo provocó el asombro del pueblo aquel comunicador de cercanías y transcendencias que fue Jesús de Nazaret.
Hoy vivimos en una sociedad, y de manera muy concreta en la sociedad europea, que se muestra sorda ante el desamparo y la muerte de cientos de miles de seres humanos emigrantes y refugiados, y muda en la denuncia de las corrupciones, injusticias y mentiras que dan lugar a estas dramáticas situaciones.
Nos ufanamos de ser europeos y no nos damos cuenta de que una tremenda viga anula la visión de nuestros ojos y nos hace caer de bruces en el engaño.
La lección es permanente y sirve de ejemplo y pedagogia para nuestra manera de comportarnos en la vida. Situarse en actitud abierta de oír y de hablar es la garantía de nuestra credibilidad en cualquier circunstancia.
Y si pretendemos que el pueblo vuelva al asombro, que es lo mismo que decir a la ilusión, a la lucha y al compromiso, tendremos que demostrar que somos, de verdad, portadores y comunicadores de liberación de nuestros oídos y de nuestra lengua.
Al pueblo no se le engaña, ni se le tiraniza, con el lema de no oír, no ver... y callar...
Manel tens tota la raó, però ni ha multituds que no entenen res o no volen entendre res
ResponderEliminarNo es un defecto solo de Europa.Todo el mundo más dedarrollado adolece de la misma enfermedad.Y no hay que culpar a la política solamente.Es el ser humano el que se justifica a si mismo.Hay pereza,dejadez,desidia.
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