DESVIRTUAR LA REALIDAD
Cuando uno pasa unos días fuera de Catalunya suele encontrarse con una serie de afirmaciones tan sorprendentes i mostrencas como suelen ser también, por otra parte, algunos de los tontos tópicos y falsedades que corren por nuestra tierra, en relación con los habitantes de más allá de nuestras fronteras.
Y es que la frase hecha, el latiguillo verbal y la afirmación gratuita, responda o no a la realidad, parecen ser, entre unos y otros, hechos universales.
Lo más triste del caso es, además, y por ejemplo, constatar que una de las televisiones que, sobre todo allende Catalunya, más labora y labora, y más instalada se halla en la mentira en relación con Catalunya sea la televisión pagada y sufragada por la Conferencia Episcopal Española.
¿No dice el mandamiento cristiano que no hay que mentir ni calumniar? ¿O es que cuando se trata de ciertos intereses y desaciertos mentir es una virtud?
Nunca hay que denigrar la libertad de expresión, ni el derecho a opinar, pero no es de recibo hacerlo desde el engaño y la manipulación de la realidad.
Mal anda una sociedad cuyos único argumentos para ir en contra de sus propios intereses son el engaño y la difusión de mentiras que parezcan verdades...
Y uno acaba preguntándose como el gran Miguel de Unamuno: "¿pero es posible que a estas alturas se sostengan todavía estas cosas?..."
Deunido...
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