SERENIDAD
Se agotan las vacaciones, si las ha habido, y se piensa ya en un nuevo curso, que se presume, como casi siempre, cargado de tareas e inquietudes.
Y observo a mi alrededor, en mucha gente, demasiado agobio y excesiva preocupación por los momentos que vivimos.
Creo, sinceramente, que se está produciendo en muchas personas un deterioro muy importante de la necesaria serenidad con que es preciso afrontar la vida.
El diccionario de la lengua nos habla de la serenidad como la cualidad de quien se mantiene apacible, sosegado y sin turbación física o moral ante la vida. Podríamos decir que la serenidad es la tranquilidad de ánimo, la paz interior.
El Papa Juan XXIII dejó para la posteridad un espléndido decálogo de la serenidad, y me gustaría destacar cuatro de los puntos que expresaba, como los más necesarios para el momento presente:
– sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez
– sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que todas las circunstancias de adapten a mis deseos
– sólo por hoy haré un programa detallado, que quizá no cumpliré cabalmente, pero lo redactaré y me preservaré de dos peligros: de la prisa y de la indecisión
– sólo por hoy no tendré miedos y, sobre todo, no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad...
Un espléndido pensamiento dice que en la vida hay que saber aceptar lo que no se puede cambiar; hay que tener valor para cambiar lo que se puede renovar; y hay que tener sabiduría para distinguir lo que se puede y lo que no se puede cambiar. Es un buen camino para mantener la serenidad.
Paraules savies per un començament de curs, ara falta saber-les posar en pràctiques... bon dia a tothom.
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