sábado, 17 de agosto de 2019

La Puntilla - 18 de agosto de 2019 - EL PLACER DEL REENCUENTRO



EL PLACER DEL REENCUENTRO

En una sociedad hedonista, hambrienta y perseguidora de placeres, ¡qué difícil acertar entre los verdaderos y los aparentes o falsos...!

Afirma el diccionario que placer es goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o percepción de algo que gusta o se considera bueno...

Pues bien, entre los posibles placeres espirituales quisiera fijarme hoy en el placer del reencuentro...

Siempre se ha dicho que en nuestra relación con las personas hay que distinguir entre amigos/as, conocidos/as y saludados/as... Es decir, que entre la cantidad de personas que pasan o han pasado por la vida de uno, sobre todo cuando se llega ya a una edad madura, las hay de todas y cada una de estas categorías...

Pues bien, el reencuentro con algunas de ellas, en menor o mayor grado, y sobre todo cuando el intervalo de tiempo entre encuentro y encuentro es muy amplio, suele ser un auténtico placer, tanto mayor cuanto mayor haya sido el grado de proximidad; y más aún cuando el reencuentro se creía ya, de alguna manera, imposible...

Piénsese, por ejemplo, en el placer de reencontrarse con alumnos o alumnas que han pasado por las clases, después de tantos años de docencia...

El evangélico amor al prójimo es, ni más ni menos, que hacer próximo al lejano, y el reencuentro es un acto de volver a hacer cercanos a quienes las circunstancias convirtieron en lejanos... 
Amar es, en definitiva, un ejercicio cotidiano de recuperar cercanías... Y amar es el más grande los placeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario