ERRÓNEA
DESCONFIANZA
Le
dieron un consejo:
–
Si quieres aprender a ser un buen detective desconfía de todo y dedícate a
poner trampas, para observar toda la tipología de reacciones que provoques en
las personas que se interesen por resolver los enigmas plantees…
Y así lo hizo.
Se hallaba en
un centro socio-sanitario y decidió hacer desaparecer un objeto valioso de la
habitación de una enferma. Concretamente una joya de una señora muy señora…
Los familiares denunciaron el hecho a la recepción y
a la dirección del centro, y en la planta donde se ubicaba la habitación de la
señora empezaron a surgir los comentarios:
– Seguro que ha sido su compañera de habitación;
– Pues a mí me parece que esa auxiliar negra es muy
sospechosa…
– ¿Y por qué vamos a dudar de los que han venido de
fuera, como si aquí entre nosotros no
hubiera también una buena proporción de chorizos y mangantes…?
– Yo aventuraría que esta desaparición se la ha
inventado la propia señora…
– ¿Y por qué no ha podido ser este enfermero
guaperas para hacerle un buen regalo a su chica…?
El aprendiz de
detective ya tenía un buen racimo de comentarios para poder contrastar o
desechar las diferentes hipótesis.
Él, sin embargo, ya sabía que ninguna de ellas se
acercaba a la verdad, porque simplemente había escondido la joya en un lugar de
difícil visión y acceso, en la misma habitación, hasta que la encontró una
mujer de limpieza, que, por otra parte, no solía esmerarse mucho en su tarea…
POSTDATA:
si vas por la vida con una desconfianza permanente errarás con bastante
frecuencia… Huye de la sociedad de la sospecha...
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