sábado, 14 de noviembre de 2020

CULTURA - La Puntilla - 15 de noviembre de 2020

 

CULTURA

Entre los colectivos airados por las decisiones político-sanitarias impuestas para paliar la epidemia del Covid-19 se halla el autodenominado mundo de la cultura...

Pero da la sensación, una vez más, de que se juega con las palabras y se nos pretende engañar con falsas definiciones...

Porque los que se erigen en perjudicados por las restricciones culturales parecen ser, sobre todo, quienes nos ofrecen teatro, cine, conciertos, ballet y discotecas, como si la cultura sólo se manifestara y adquiriera en estos espectáculos.

¿Evita la pandemia leer un buen libro, saborear buena poesía, escuchar música en casa, escoger una buena película en la televisión, dedicarse a pintar o a tocar el piano...?

El problema fundamental radica en el hecho de que la supuesta cultura tan necesaria para el desarrollo integral de las personas ha caído, como casi todas las realidades, en las jarras insaciables del poder económico y es éste el que impone los gustos y maneras que le ofrecen ganancias...

Hace unos años hice una encuesta entre alumnos universitarios sobre qué significaba para ellos la expresión cultura para el pueblo, y entre las respuestas recibidas había una cierta unanimidad en afirmar que todo lo que se dirija al pueblo tiene que tener como primera finalidad una enseñanza no lucrativa...

A muchos de los que se quejan de que la cultura que ofrecen se ve impedida por la pandemia tal vez les interesa mucho más su propio negocio que no el hecho de que la cultura llegue al pueblo...

Y la cultura ha de servir siempre para hacer más libre al ser humano, no para esclavizarlo ni autodirigirlo...

 

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