sábado, 13 de febrero de 2021

CARNAVAL - La Puntilla, 14 de febrero de 2021

CARNAVAL


Oigo a mi alrededor una queja: este año la pandemia ha hundido el Carnaval, pero percibo que este lamento no provoca excesiva nostalgia, y no sólo porque en Catalunya hayamos vivido, de hecho, un auténtico muestrario carnavalesco con ocasión de los mítines electorales...

Y es que más allá del espectáculo jocoso y a la vez deprimente que nos han ofrecido los políticos bien enmascarados en sus falsas promesas, lo cierto es que ahora el Carnaval, y no sólo por culpa del Covid 19, tampoco es ya lo que era...

Cuando el peso del cristianismo en la sociedad era tan grande que las fiestas se configuraban en correspondencia con las celebraciones litúrgicas, era lógico que antes de entrar en la aridez, ayuno y abstinencia de la Cuaresma, el personal aprovechara las vigilias para toda clase de excesos... De hecho, la misma palabra lo decía: Carnaval, del latín carnis avalis, o sea carnes separadas; o Carnestoltas, de carnes toltes, o sea, carnes quitadas... Los excesos carnales tanto en el sexo como en la alimentación quedaban un tanto marginados...

Por otra parte, no es ningún secreto que el Carnaval venía a cristianizar, de alguna manera, fiestas históricas paganas, como las fiestas en honor de Saturno, de Baco, y de otros ídolos de diferentes civilizaciones...

Hoy, sin embargo, en una sociedad eminentemente autónoma y secularizada, podríamos decir que el Carnaval dura, de hecho, todo el año, pero no en los excesos arnales, sino sobre todo en el hecho de enmascararse y disfrazarse de lo que uno no es, o aspira a ser...

 Carnaval es hoy sinónimo de frustración y/o de hipocresía, y en una sociedad donde priva el aparecer por encima del ser,, y el espectáculo asoma a diario en los medios de comunicación que presentan la inconmensurable rua de personajes que se acogen al peor de los lemas: por Carnaval, todo vale... 

Pues no, ni con Carnaval, ni sin Carnaval, no todo vale...  

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