sábado, 10 de abril de 2021



Adiós... 

Adiós…

         No deja de ser curioso que en una sociedad tan secularizada como la nuestra se siga todavía manteniendo la expresión Adiós (que proviene de a Dios…) como despedida provisional o definitiva entre dos o más personas…

         Claro que los que se consideran más modernos o snobs prefieren el hasta luego, bye-bye o chao…, pero el Adiós sigue vigente, como es también frecuente oír, cuando la despedida es ya definitiva, el donde quiera que estés… (dicho en ocasiones por quienes dicen creer que ya no hay nada más después de este vida…).

         He evocado esta introducción porque esta semana hemos dicho Adiós… a dos personas relevantes: el activista social por la paz y la justicia social Arcadi Oliveres y el relevante teólogo suizo Hans Küng.

         Abocado a una muerte ya segura, a Arcadi Oliveres le habían preguntado recientemente en televisión cómo quisiera ser recordado, y su respuesta fue toda una lección de vida para nuestra sociedad: como una persona coherente y sin miedo…

         Coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace, y siempre sin temores a las posibles consecuencias de nuestras actitudes: he aquí una lección ética muy necesaria en este tiempo que nos toca vivir.

         ¡Y qué decir de Hans Küng, de tanta influencia en la necesaria renovación de la Iglesia católica, muy presente e influyente en el Concilio Vaticano II, y represaliado y marginado por una Curia romana retrógrada e inmersa en bastados intereses…!

         Cualquier sociedad que se precie de querer avanzar por caminos más humanos y más justos no puede perder de vista estas personas que han constituido auténticos puntos de referencia para conseguirlo.

         A los muertos se les dice adiós, se les recuerda y se les intenta imitar en lo mejor de sí mismos que nos dejan como herencia…

 

 

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