La utopía hippie
La muerte, el pasado 6 de marzo, del
cantante y escritor catalán Pau Riba, figura señera del sueño hippie, vivido
intensamente por él en Formentera y mantenido a lo largo de su vida, ha evocado
de nuevo en los medios de comunicación este movimiento contracultural nacido en
Estado Unidos en la década de los años 60 del siglo pasado.
Es cierto
que lo que era, en su nacimiento, un intento alternativo de enfrentarse a la
sociedad, con posturas pacifistas y críticas ante las estructuras sociales
predominantes, fue derivando hacia modos de vida anecdóticos y superficiales,
muy alejados de la utopía primitiva.
Por eso, y
por si hay jóvenes hoy que, más allá de manifestar su hipismo en la manera de
vestir o en el consumo de drogas, quieren adentrarse en la profundidad de la
filosofía alternativa, quiero recordar algunos de los grandes valores de la
filosofía hippie que sería necesario recuperar hoy en nuestra sociedad. Por
ejemplo:
–El rechazo del fatalismo y la decepción
para ir a la búsqueda del idealismo necesario que nos lleve a preguntarnos cómo
deseamos vivir, cuál es nuestra manera ideal de vida y qué debemos hacer para
conseguirlo
–La apuesta por la filosofía del tener menos para ser más, ejerciendo de
esta manera la rebelión contra una sociedad del consumo por el consumo
–La vuelta a una vida sencilla en la
distribución del tiempo, para saborear, por ejemplo, que un paseo por el campo
o junto al mar nos pueden hacer más felices que muchas horas pegados a los
móviles o a Internet…
–Y una gran apuesta por la paz interior. El lema de los hippies era amor, paz y armonía… Hoy las personas sufrimos, en general, una permanente presión social que nos lleva a estar en permanente pugna con los demás. Rechazamos las contiendas bélicas y, sin embargo, no abordamos nuestra propia paz. Y así nos va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario