viernes, 4 de marzo de 2022

Solidaridad - La Puntilla, 5 de marzo de 2022

 

Solidaridad

        Alguien afirmará, tal vez, que la gran solidaridad mostrada hacia el pueblo de Ucrania, frente al injusto atropello por parte de las fuerzas rusas, no deja de ser un parche más que no resuelve el problema global.

         Y no deja ser cierto, pero, al menos, esa generosa reacción hace que se mantenga todavía un poco viva la esperanza en el ser humano.

         Está claro que la observación del estado de la sociedad actual nos sume con frecuencia en una situación de desánimo y depresión. Estamos saliendo todavía de un grave estado de pandemia y nos vemos abocados a una guerra. La salud mental se resiente. ¿Qué le pasa al ser humano? ¿A dónde nos conduce esa cultura del poder y la violencia?

         Por otra parte tendemos con frecuencia a buscar culpables solamente en los otros, en los demás, y no queremos admitir que en las guerras y los enfrentamientos todos ponemos, de alguna manera, nuestra parte, por acción o por omisión…

         ¿Cómo se educa, por ejemplo, en las familias y en las escuelas para la paz?

         Una sociedad en la que unos pocos nadan en la abundancia, mientras que millones de hombres y mujeres agonizan en la miseria, es una sociedad enferma.

         Una sociedad que alienta e impone dictadores y tiranos para obtener beneficios económicos de manera corrupta, es una sociedad enferma.

         Una sociedad que hace del negocio de las armas una de las fuentes más rentables para obtener beneficios, es una sociedad enferma.

         Una sociedad que para lucrarse económicamente provoca guerras que mutilan y matan a miles de inocentes, es una sociedad enferma.

         No a las guerras, y siempre solidarios con los que sufren.

        


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