Incompetencia…
Reconozco
que hoy se vive en el ambiente, en general, un clima de enfado permanente…
Por
unos u otros motivos, vale la pena analizar, detenidamente, el número de
enfados que se suceden diariamente en las personas desde que se levantan hasta
que se acuestan…
Y
lo peor de todo es comprobar que, en la mayoría de las situaciones, los
desaires vienen producidos por la incompetencia de las personas con las que, en
muchas ocasiones, tenemos que relacionarnos por necesidad.
No
faltan analistas que indican que un pueblo cabreado es un pueblo más
fácilmente manipulable, porque mientras la gente se come el tarro en sus
propios enfados, deja de enterarse de los grandes intereses con que la
manipulan…
Cuando
uno se para a pensar, por ejemplo, en la general incompetencia de los servicios
que recibe, a pesar del dinero con que los paga, se convierte en un cliente
difícil y peligroso, mal visto tanto por los servicios públicos como por los
servicios privados.
¡Hay
que luchar decididamente contra la incompetencia y procurar no caer en ella,
porque ya dijo el principio de Peter: en una sociedad jerarquizada cada cual
alcanza el máximo de su incompetencia…Y mira que está jerarquizada nuestra
sociedad…!
Ah,
y cuidado con el remate final: lo peor de la incompetencia es que es más
dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente… Y así nos va…
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