2024…
Enemigo de los tópicos no voy a empezar,
naturalmente, con la clásica y tontaina expresión de año nuevo, vida nueva, porque
ustedes saben igual o mejor que yo que de objetivos incumplidos están las vidas
y las tumbas llenas…
Cierto es que la cronología nos puede
servir para parcelar el paso del tiempo y hacernos creer, de esta manera, que
los minutos, las horas y los meses son algo nuestro, y así vamos haciendo
camino…El paso del tiempo, sin embargo, no se detiene, ni tiene parcelas,
porque el tiempo es simplemente continuidad.
Empezar un nuevo año es tener
conciencia de que la vida sigue siendo un lienzo en blanco en el que vamos
escribiendo y dibujando día tras día, mes a mes, nuestra biografía.
Aconsejan sabiamente los psicólogos
huir de caer en la tentación de empezar los nuevos años haciendo propósitos
idealistas, desorbitados y poco realistas que, naturalmente, quedarán
incumplidos. Pensemos, por ejemplo, en retos como dejar de fumar, empezar de
cero, hacer deporte, o cambiar de malos hábitos …Puras quimeras e ilusiones
cuando de lo que verdaderamente se carece es de fuerza de voluntad…
Bueno es valorar lo que se tiene, luchar
por lo no se tiene y se quiere y desea, y buscar nuevos retos que nos permitan
crecer como personas, y esta es una tarea intemporal...
En el terreno de los deseos, será
preciso, sobre todo, seguir día a día haciendo todo lo posible que para que sea una realidad que
nos amemos los unos a los otros y también los otros a los unos…
Desde aquí, pues, y para todos los que
nos encontramos en La Puntilla, que el paso del tiempo nos haga a todos,
sobre todo, más sensibles a las necesidades de los demás…
Un abrazo de paz para 2024.
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