Dudas…
No
recuerdo donde leí, hace un tiempo, que las dificultades por las que atraviesa
hoy el mundo son debidas al hecho de que los ignorantes están completamente
seguros de todo, mientras que los inteligentes están llenos de dudas…
Hoy quiero
reflexionar sobre estas palabras.
En primer lugar, he de precisar que la
distinción entre ignorantes e inteligentes nunca me ha gustado, porque me parece
inadecuada y muy poco precisa.
Pero más allá de precisiones, sí estoy
de acuerdo en que si algo tenemos en común los humanos es el hecho de dudar.
Somos demasiado cautivos de nuestras dudas…
Aristóteles pontificó que la duda es
el principio de la sabiduría, pero yo creo que esta afirmación necesita también
ser precisada, porque hay dudas con carga positiva y dudas de carácter muy
negativo.
Hay dudas que son un trampolín para la
acción; y hay dudas que producen inacción y paralizan a las personas.
Dudar de las propias capacidades es caer
en complejos de inferioridad; solucionar las dudas con el estudio y la
reflexión es caminar hacia su resolución.
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