El
cómo y el por qué…
El gran sabio griego Aristóteles solía
explicar una pequeña anécdota que agradaba mucho al profesor López Aranguren.
Decía:
–Un buen
zapatero no es aquel que hace los mejores zapatos, sino aquel que sabe sacar el
mejor partido del material que tiene para hacerlos…
¿Qué quería decir Aristóteles con lo de
sacar el mejor partido?
Aranguren lo explicaba: sacar
el mejor partido moral, quiere
decir que cada persona tiene que construir una vida éticamente correcta a
partir de los elementos y oportunidades que le ofrece la vida cotidiana… Y añadía:
en la vida hay un cómo hacemos lo que hacemos
y un por qué hacemos aquello que hacemos…Más
claramente: hay un proyecto global de vida y el pequeño
proyecto de vida de cada día…
Hoy
observamos, sin embargo, que estos pensamientos y estas motivaciones están
demasiado ausentes en la vida cotidiana de muchas personas.
Si no hay un por qué trabajado, incorporado, interiorizado y alimentado
difícilmente habrá un cómo coherente…Cuando Bauman habló de una sociedad líquida se
refería a que la conducta hoy de muchas personas no es sólida, no es
permanente, sino cambiante como el agua de los ríos… Más aún: hoy ya cabe decir
que la sociedad es cada vez más gaseosa, es
decir, malvive en un entorno donde todo se evaporiza, todo se convierte en incierto e
indeterminado…
Da la sensación de que son demasiadas
las personas que van de turistas por la vida,
cargadas de una gran mochila de ambigüedad moral.
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