Placer de sobremesa
Asisto a una sobremesa en la que se establece un
cordial e interesante dialogo sobre el momento y el estado actual de la
sociedad que nos rodea...
Desafortunadamente,
la televisión, y sobre todo el mal uso de las nuevas tecnologías, ha anulado el
placer de las conversaciones, pero ese día tuve suerte...
–Lo más preocupante hoy – dice
alguien- es la enorme falta de
cultura que observo a mi alrededor, y matiza el sentido que le da a esta palabra: –me refiero a la escasa dedicación que le da la gente
a experimentar la vida en todo lo que tiene de profundidad y de sentido...
–En
definitiva – opina otro
comensal- cultura es
cultivar, y hoy hay, sobre todo,
tres cosas que se cultivan muy poco: la honestidad, la coherencia personal en la vida profesional
y social, y el hecho de que no todo consiste en el placer y el poder
económico...
–Yo creo -aporta una tercera comensal, que el gran problema de fondo es que hemos
dejado a un lado la dimensión espiritual, olvidando que la condición humana
incluye una dimensión interior que nos configura como seres humanos...
Confieso que en el grupo éramos personas ya un poco veteranas,
aunque había también una persona más joven que asistía un poco atónita a
nuestras intervenciones, hasta que se decidió a intervenir
–En muchas cosas de las que decís estoy de acuerdo,
pero a la mayoría de los jóvenes no les habéis dejado los mayores una herencia
demasiado halagüeña... Sólo hay que ver qué entorno natural estamos heredando y
cómo se han malgastado los recursos del planeta...
El entrañable Antonio Machado escribió que en cuestión de cultura solo se pierde aquello que se
guarda y solo se gana aquello que se da...
En aquella sobremesa creo que ganamos todos...
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