Verdad
y opinión
Leo una
afirmación que me impacta. Dice: hoy la verdad ha sido
sustituida por la opinión… Y creo
que es un diagnóstico muy acertado, porque hoy esta afirmación es un hecho muy
frecuente, sobre todo en las redes sociales.
Cuando hablamos de verdad
se trata de una afirmación que ha de corresponderse con los
hechos y/o con la realidad, y que puede ser verificada de manera objetiva;
mientras que la opinión
es siempre personal, subjetiva y cimentada en las propias creencias o sentimientos
propios de cada uno.
Es cierto que, en un plano ideal, las
opiniones deberían formarse a partir de las verdades, pero lo que más abunda es
que se lancen al margen de ellas, con la interesada intención de que ambas
coincidan.
Hoy, en las redes sociales y en los
medios de comunicación, observamos, cada vez más, que las opiniones se elaboran
a partir, sobre todo de las emociones y del afán de notoriedad que comporta el
hecho de situarse interesadamente en los polos opuestos de las polémicas.
Todo el mundo opina y muchas veces,
desafortunadamente, son demasiados los que lo hacen desde lo que desconocen o
pretenden moldear a su manera, más allá de la objetividad y la imparcialidad.
Son demasiados los ámbitos sobre los
que sobrevuela una desinformación masiva, y son numerosas las instituciones
sobre las que parece estar de moda desconfiar profundamente.
Esta situación, naturalmente, no es
agradable, pero hay caminos por los se puede poner punto final a este estado de
cosas.
Por ejemplo, que se eduque a los
jóvenes en un pensamiento crítico, se reivindique el valor de los conocimientos
sobre las situaciones y se creen y potencien muchas más fuentes de información
que sean realmente fiables e imparciales.
La buena salud de una sociedad pasa
inexorablemente por el profundo respeto a la verdad y objetividad de las
situaciones que se producen en nuestro entorno.
Sócrates afirmó rotundamente que el
conocimiento nos hace libres, y
Jesús de Nazaret fue más allá: la verdad nos hace libres…
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