Dolor por una niña
Una de las noticias más terribles que nos ha traído la nefasta importación yanqui del Halloween ha sido la muerte por coma etílico de una niña de 12 años, en San Martín de la Vega, población cercana a Madrid.
La niña y sus amigos fueron a celebrar un botellón, y después de ingerir supuestamente una gran cantidad de alcohol, cayó desplomada.
Este hecho, por supuesto, se ha prestado a toda serie de comentarios y especulaciones, entre las que no faltan las puramente demagógicas.
La culpabilidad más fácil de otorgar será, naturalmente, a los padres, pero no hay que olvidar la situación familiar de la niña fallecida.
De nacionalidad polaca, aunque residente en España desde hace 18 años, la víctima era hija de unos padres que emigraron de su país y trabajan los dos fuera de su casa para poder subsistir.
Las preguntas que suscitan hechos como el que lamentamos, son inacabables:
- ¿Quién vendió el alcohol a los menores? o ¿qué adulto se lo proporcionó?
- ¿Quedará simplemente olvidado el suceso con un minuto de silencio, o unas flores en el lugar de los hechos?
- ¿Qué sociedad estamos fabricando entre todos donde prevalece la cultura de la muerte sobre el cultivo de la vida?
- ¿Seguiremos en el mundo de las lamentaciones, que nada construyen?
Sucesos como este no pueden servir únicamente para distraer a la opinión pública y alejarla de los auténticos problemas que inciden, sobre todo, en las personas más débiles. ¿Y quiénes más débiles que los niños?
Es molt trist i just amb una criatura de 12 anys
ResponderEliminarMOLT interessant aquestes preguntes, però hem de fer un pas mes, ara: quin? Com? I qui?.
ResponderEliminarBon dia per a TOTHOM.
No todo es culpa de los políticos.Por muy ocupados que estén sus padres,los hijos son su primera responsabilidad.
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