GUERRA DE TIPOLOGÍAS
Hay hoy entre nosotros una excesiva afición a diseñar y establecer tipologías para caracterizar la conducta de las personas.
Andan ahora, por ejemplo, los diputados del Congreso en una agria y continuada discusión entre los términos « golpistas » y « fascistas » aplicados a unos u otros...
Pero esta manera de hacer no es nueva, y más allà de « los buenos » o « los malos », « progresistas » o « integristas », ya Lope de Vega, en el siglo XVII decía que entre los españoles había « aburridos, cansados y cabreados...>, proporción que puede ir variando, o subsistir a la vez, según las circunstancias...
Antonio Machado es citado permanentemente para recordarnos que « de diez cabezas (es decir, de cada diez personas...), nueve embisten y una piensa...»
Y ¡ qué intuición más actual la de aquel autor de gregrerías que afirmó que «en España siempre hay alguien dispuesto a montar una nueva reconquista...» !
Como tampoco los escritores nos libramos de ser clasificados por la tipología que a cada uno le merezcan nuestros escritos.
Porque, por ejemplo, dícese de escritores « que escriben más con las uñas que con la pluma (o el ordenador), más con la bilis que con la tinta (o el teclado..).»
Como también los hay que « no saben decir nada si no es para hacer daño a alguien;, y quienes « no tienen nada que decir y disimulan su mediocridad con un cuchillo en su mente...»
Ya lo pedía a gritos Bernanos: « por favor, escritores, proclamad la verdad entera, sin añadirle el placer de hacer mal a alguien...»
Nos consuela, con todo, saber que, en definitiva, la auténtica y verdadera tipologia es la que anida en el interior limpio y sincero de cada cual...
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