CAFÉS PENDIENTES...
En una de las sesiones del ya prolijo juicio del Tribunal Supremo a los políticos catalanes encarcelados se produjo esta semana un hecho anecdótico que merece una reflexión...
Cuando el juez Marchena le preguntó reglamentariamente a la testigo Marina Garcés si tenia algún vínculo con alguno de los acusados, ésta respondió: con el señor Jordi Cuixart tengo un café pendiente desde hace un año y medio...
Naturalmente al juez no le satisfizo la ironía metafórica de la testigo y le cortó indicándole que eso no era ninguna relación, a lo que la señora Garcés insistió en que era su única relación con el acusado...
Más allá de la anécdota, este hecho me sugiere hoy este comentario, porque soy de los que pienso que alrededor de un café se pueden generar muchas relaciones, y cada cual hará muy bien en reflexionar sobre sus experiencias alrededor de un café...
Haberse tomado un café con una persona puede evocar momentos de alegría, de amores iniciales, de penas compartidas, o de charlas que dejaron huella...
Y tener pendiente un café con alguien puede señalar la necesidad de una reconciliación, de un mejor conocimiento de las personas, o de querer compartir momentos con quien nos puede aportar algo que necesitamos...
Las relaciones entre las personas no se establecen solamente con las palabras, sino también con los gestos y los hechos.
Querer tomarse un café con alguien es abrir la puerta a las confidencias y a las sinceridades, al compartir y a la relación, al cuenta conmigo y me pongo a tu disposición...
Cuando alguien te invita a tomar un café juntos es que necesita ser escuchado y escucharte, y a eso se llama ejercicio de diálogo. Esa relación dialogante que tan necesaria es hoy en nuestra sociedad.
Jo precisament no tinc móvil, per poder prendre el café amb les amistats, i parlar de tu a tu, es fantástic, Una abraçada Manel
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