Sentido colectivo
Los más optimistas pensaban que
las cosas, al menos algunas, iban a cambiar después del Covid-19, pero no se
auguran buenas perspectivas…
Una vez se ha aflojado el temor
al virus y se han abierto paulatinamente las puertas del confinamiento se ha
podido comprobar, por ejemplo, que la cultura del sentido colectivo está
todavía bastante alejada de nuestra práctica habitual.
Privan el individualismo y la
irresponsabilidad social como praxis excesivamente repetida en nuestra manera
de actuar…
Imágenes ofrecidas estos días en
los medios de comunicación han mostrado que en muchos ciudadanos el interés y
la preocupación por los demás está ausente de sus vidas.
¡Qué rápidamente se han olvidado
los miles de muertes que ha provocado no sólo la pandemia, sino también la
situación precaria del sistema sanitario, la densidad de nuestras ciudades, el
caos urbanístico, las constantes agresiones a la naturaleza, y la injusta
distribución de los bienes materiales...!
Se han visto manifestaciones
politizadas sin guardar la debida distancia y seguridad, y hemos observado
innumerables personas sin mascarillas, a la vez que bares y playas se llenan sin guardar las debidas precauciones…
Ha prevalecido la cultura del mientras a mí no me pase nada, allá los
demás, y si me pasa, mala suerte… Y nos llenamos la boca, quizá,
proclamando que la mayoría ha sido
muy responsable…, aunque nosotros no hayamos actuado como esa mayoría…
Y si ahora más que nunca hay que
volver a solicitar el sentido colectivo de la convivencia y la cultura de la
solidaridad es porque la que nos va a caer en el ámbito de la economía va a ser
mucho más punzante que el desdichado Covid-19…
Siempre me ha hecho pensar una frase de Luther King: Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario