El relato...
Si nos acogemos a las definiciones, un relato es un género literario que consiste en una
narración estructurada en la que se representan sucesos mediante el lenguaje…
Pero hoy hay que advertir que, sobre todo en el mundo de la
información social y política, la palabra relato
está alcanzando un contenido bastante alejado del simple género literario.
Un relato, social y
políticamente, consiste en una configuración ideológica alrededor de un tema
que intenta venderse y divulgarse para obtener determinados y concretos
intereses partidistas o económicos.
El relato, en
definitiva, es hoy la gran arma con la que se intenta manipular la conducta de
las personas.
Y he aquí, por ejemplo, dos cuestiones actuales, sobre las
que el relato político pretende acallar las opiniones propias: la bondad extrema de la reciente reforma
laboral, y la denigrante culpabilidad
de la Iglesia católica en el tema de la pederastia…
Fijémonos en los puntos clave del relato que se difunde:
–la reforma es la más
<in> de las reformas que en el mundo han sido…
–la Iglesia católica es
la más nefasta de las instituciones por sus comportamientos pederastas…
¿Dónde están los puntos flacos de estos relatos?
Sencillamente en que olvidan
y esconden matices de ambas
realidades que necesitan ser mucho más analizados y discutidos…
Atentos, pues, que no nos vendan
cinco euros a cuatro euros (versión moderna de duros a cuatro pesetas), o
pretendan hacernos comulgar con ruedas de
molino…
Los relatos necesitan ser contrastados.
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