Agresividad
Más
allá de sucesos concretos, ampliamente aireados por los medios de comunicación,
se observa hoy en muchas conductas cotidianas un alarmante aumento de
agresividad.
El
hecho es, obviamente, una derivación del estado de la sociedad que nos rodea.
Porque
la agresividad no es una respuesta, sino una defensa, y no resulta difícil observar
que nos hallamos en una sociedad que nos deja indefensos en muchos frentes.
Los
sociólogos indican que las agresividades suelen provenir de tres situaciones
muy concretas:
–las
propias inquietudes (acertadas o desacertadas),
–los
miedos,
–y
los sentimientos de culpa.
Y
entre los muchos posibles resultados negativos de las actitudes agresivas, el
peor de ellos es que no contribuyen a cambiar las cosas, sino a agravarlas.
Nos
sucede a menudo que no podemos controlar los acontecimientos, pero sí nuestra
reacción frente a ellos. Y no deja de ser curioso que la palabra agresividad rime con soledad, y entonces nos puede ser más
fácil entender por qué los agresivos suelen ser rechazados y marginados…Una
persona amable nunca está sola…
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