Continuidad...
Cuando
comienza un nuevo año una de las tareas que se nos presenta como más necesaria
es que, sobre todo, las cosas positivas que ya forman parte de nuestra vida
cotidiana, u otras que estamos trabajando, tengan continuidad…
Por
ejemplo:
–que
sepamos acoger día a día las novedades que la vida nos depare
–que
no perdamos dedicación y proximidad en la acogida a las personas
–que
valoremos todo lo positivo que tenemos a nuestro alrededor
–que
continuemos cultivando el campo de la cultura que más nos enriquezca como
personas
–que
sigamos trabajando por la paz, transmitiéndola y favoreciéndola a nuestro
alrededor
–que
sepamos apreciar todo lo que hay de valioso en la sociedad que nos rodea y
trabajar por mejorar lo que aún es negativo
–que
no perdamos el humor, que siempre es un buen terreno abonado para cultivar la
esperanza
–que
sepamos relativizar las dificultades que puedan presentarse
–que
en nuestro credo ocupe siempre un lugar destacado la causa de los débiles y los
marginados
–que
cuidemos la casa común de la naturaleza que tenemos que transmitir a los que
vengan después de nosotros.
Y pregunto:
¿No podrían ser estos los mandamientos de cualquier buen humanista, y no
digamos de quien se considere cristiano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario