Asomarse
a la ventana…
Tuve un profesor que tenía especial
interés en inculcarnos a sus alumnos que nos asomáramos con frecuencia a la
ventana para poder observar y hacernos preguntas sobre lo que viéramos…
Comprendí
que lo que nos quería decir era lo necesario y positivo que resulta no dejar
pasar lo que pasa ante nuestros ojos sin preguntarnos por qué pasa y, sobre
todo, si nosotros podemos hacer algo para que no pase, especialmente si está
perjudicando a los demás…
Hoy creo que en nuestra sociedad
abundan más quienes se despreocupan de lo que pasa, que quienes afrontan los
retos de intentar poder medios para mejorar lo que pasa…
Hoy, por ejemplo, me he asomado a la
ventana de la actualidad y me he hecho tres preguntas sobre las que os
invito a todos a reflexionar para encontrar respuesta y colaboración para
conseguirlas…
1) ¿Por qué tantas envidias, críticas,
discusiones y pérdidas de tiempo entre los miembros de una institución (piense
cada uno en la que más se mueve), cuando hay tantas y tantas cosas por hacer y
no se hacen?
2) ¿Por qué resulta hoy tan difícil
encontrar instituciones abiertas, dialogantes, plurales, constructivas y con el
estandarte de la gratuidad?
3) Y ¿por qué hay tantos dirigentes de
instituciones más preocupados de las apariencias y del interés personal, que de
los objetivos a conseguir en bien de todos?
Más allá de la ventana las nubes siguen pasando, pero aún no han conseguido nunca que se oculte del todo la luz del sol que alumbra el día…
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