viernes, 12 de mayo de 2023

Adiós a un sabio... La Puntilla, 14 de mayo de 2023

 

Adiós a un sabio…

 

       Las definiciones casi nunca alcanzan a expresar todo lo que uno desearía matizar, pero si nos atenemos a la Real Academia leemos: sabio: dícese de una persona que tiene profundos conocimientos en una materia, ciencia, o arte…

         Pues bien: esta semana se me ha muerto un sabio, muy amigo mío. Tenía 80 años. Le conocí cuando éramos todavía adolescentes, convivimos y estudiamos juntos durante catorce años, luego seguimos rumbos diferentes, y en los últimos veinte años nos habíamos visto y compartido unos cuantos días en diferentes ocasiones…

         ¿Por qué afirmo que era un sabio?  

         Alguien que redacte su biografía resaltará que fue catedrático de Literatura en tres Universidades distintas, que escribió unas obras de investigación sensacionales, que fue Premio de la Real Academia española, y que pasa por ser el mejor especialista del mundo sobre El Quijote…

         Pero este escrito mío de hoy no pretende ser ni una simple biografía personal, ni un presumir de amigo importante, sino la expresión de un matiz muy sutil de por qué he considerado siempre a este amigo verdaderamente un sabio

         Leo, por ejemplo, en una de las necrológicas sobre su personalidad, aparecida el pasado viernes en un periódico: persona de ideas muy firmes y asentadas, polemista, nada cobarde a la hora de expresar sus opiniones, lo que le valió grandes amigos y grandes detractores…

         Por eso creo que fue y era un auténtico sabio.  Y por eso hay hoy tan pocos sabios… Porque en la vida no basta con tener ideas, sino que hay que correr el riesgo de expresarlas y defenderlas…

          

        


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