Elecciones...
Entre la baraúnda de mítines, debates y
promesas electorales que invade la semana de cara a la convocatoria electoral
del próximo domingo, una persona me para por la calle y me interpela: ¿usted
cree que las próximas elecciones aportaran nuevas esperanzas?
Está claro que esta persona no me
conoce suficientemente, pero no quiero defraudarla absteniéndome de responder.
–Me habla usted de esperanzas, y
lo primero que hay que matizar es qué entiende usted por esperanzas… A veces confundimos
espera con esperanza, y no es lo mismo. Si solamente esperamos es porque
normalmente pensamos que algo nos llegue a través de alguien, mientras que si
trabajamos la esperanza es porque estamos dispuestos a afrontar algo de nuestra
parte…
Vaya que lo que yo le quiero explicar es
que el gran error es confundir la democracia representativa con la democracia
participativa…
En las elecciones del próximo domingo
se trata, una vez más, de elegir unas personas de las que esperamos que nos
aporten mejores condiciones de vida para todos… ¿Lo harán? Unos sí y otros, no.
Y probablemente la mayoría nos defraudará…
Por eso el domingo, además de elegir o
no a unas personas, tenemos que elegirnos a nosotros mismos para seguir en la
tarea de mejorar nuestra sociedad… Así sí que podrán surgir algunas esperanzas,
sobre todo para los más débiles y necesitamos…
Elígete a ti mismo para colaborar en la
tarea.
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