De vida y muerte...
La evocación
y el recuerdo de personas que pasaron por nuestras vidas y ya han dejado este
mundo han llenado de público estos primeros días de noviembre los cementerios
de todos los pueblo y ciudades del mundo.
Los recuerdos subsisten y perduran y hay quien piensa, y lo vive, que nadie muere del todo mientras está vivo
en el recuerdo de alguien; y este pensamiento va más allá de motivaciones o
creencias religiosas…
Hoy mi Puntilla invita, pues, a que,
partiendo del hecho de que las personas estamos llamadas a ser en este mundo compañeras
y no antagonistas, creo que son muchas las mujeres y hombres que han pasado por nuestras vidas y nos
han dejado un legado de bienes positivos que ahora, y siempre, constituyen un buen
motivo para estarles agradecidos…
Ya sé que todo puede sonar un poco
extraño en una sociedad deshumanizada como es la nuestra, pero las flores y
recuerdos que llenan estos días las tumbas y las losas de los cementerios
huelen a cariño y agradecimiento…
Seguro, además, que en estos días son también
muchas las personas que piensan en su propia muerte, aunque la pregunta más
certera no sea cuándo y cómo vamos a morir, sino cómo vivimos y cómo vamos a vivir…
Y es que, en definitiva, cada uno muere
como vive: en paz, o con remordimientos y asuntos sin resolver…
Calderón acuñó su célebre pensamiento
sobre La vida es sueño y los sueños, sueños son…; pero Tagore, más
práctico y realista, deseó para todos algo más pragmático: que nuestra vida
sea tan hermosa como las flores de verano y nuestra muerte tan bella como las
hojas de otoño…
Seamos
todos buenos compañeros de viaje…
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