El
mundo al revés...
En nuestro lenguaje coloquial, cuando
se quiere indicar a alguien que hace las cosas de manera incoherente, se le
suele decir que empieza la casa por el tejado, o que ve el mundo al
revés…
Sirva
esta introducción para indicar que, tras lo observado estos últimos días en
muchas calles y plazas de nuestras ciudades, parece que ha habido mucho de todo
esto…
Porque
–¿no son demasiados los que intentan
justificar hoy con sus actitudes populistas argumentos que negaron ayer, y
salen a condenar hoy lo que ayer justificaban?
Séneca, –aunque entiendo que los
clásicos son hoy los grandes desconocidos–, solía decir que cuando se observa
la actuación de una persona “no hay que considerar tanto de donde viene,
sino hacia dónde va…” y convendría hacerse esta pregunta en relación a muchos
de los permanentes manifestantes de estos días…
Ver el espectáculo y la conducta, sobre
todo, de manifestantes jóvenes, por ejemplo, de los que lo mínimo que puede
decirse es su gran desconocimiento de la historia, ha indicado, sin duda, la
cantidad de intereses ocultos que han provocado estas manifestaciones, mucho
más allá de las causas con que se intentaban justificar…
El gran escritor mejicano Octavio Paz
me ha recordado que las masas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha
sido inyectado el veneno del miedo al cambio…
Por
favor, que cada uno sea consciente y dueño, por lo tanto, de su propia
conducta, elegida desde la razón y no desde el odio, o el afán de poder.
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