Reivindicación
cultural
Federico García Lorca, en un discurso
memorable con motivo de la inauguración de una biblioteca en su pueblo, lanzó
una afirmación muy acertada: si yo tuviera hambre y
estuviera desvalido en la calle no sólo pediría un pan, sino medio pan y un
libro…
Hoy son muchas más las reivindicaciones
materiales que las reivindicaciones culturales, y, sin embargo, éstas resultan
muy necesarias, porque bien está que las personas coman, pero mejor aún que las
personas cultiven y puedan gozar de los frutos del espíritu…
Que existe en nuestra sociedad un gran
déficit de cultura creo que es bastante obvio; porque la cultura, en definición
muy acertada de la Unesco, es el conocimiento y la práctica
de un sistema de creencias, lenguajes, normas, valores y símbolos aprendidos y
compartidos que utilizamos para identificarnos y tener un marco en el que
vivir, trabajar y relacionarnos con los demás…
Hoy la
globalización y los avances digitales han puesto en peligro las posibilidades
de filtrar las informaciones recibidas y constituyen un verdadero obstáculo
para una correcta y no manipulada educación cultural de las personas.
Por otra parte, a los gobiernos, en
general, les interesa mantener a las masas en la ignorancia cultural,
fomentando la ausencia de su capacidad crítica.
Bien cantó en su momento Mercedes Sosa
cuando afirmó que la cultura es lo único que puede
salvar un pueblo, porque permite ver la miseria y combatirla; la cultura
permite distinguir entre lo que hay que cambiar y lo que se debe conservar…
Fomentemos,
pues, la buena cultura de las personas.