APRENDER
Septiembre inaugura, una vez más, un nuevo curso, y todos, de alguna manera, nos trazamos posibles objetivos a conseguir. Los escolares y universitarios en sus estudios, y cada uno en su ámbito personal, profesional y social.
Pero entre todos los objetivos hay uno, sin duda, que los abarca a todos, ya que es un horizonte sin límites, y es el hecho de aprender.
El aprendizaje es el proceso permanente por el que el ser humano se prepara para hacer frente a las diversas situaciones que la vida le plantea. Y el deseo de aprender es, sin duda, una de las actitudes más necesarias para seguir creciendo.
Aprender de los errores y de los aciertos.
Aprender a pensar, a conocer, a hacer, a convivir y a ser. No olvidemos ninguno de estos cinco niveles.
Hoy se habla y se escribe mucho sobre las maneras de enseñar, y es obvio que las nuevas tecnologías están obligando a profundos cambios en la manera de transmitir los conocimientos. Pero aprender no es sólo un proceso de adquisición de conocimientos, sino una actitud que se trabaja desde el interior de cada persona.
Y puestos a aprender una primera lección en este nuevo curso, me quedaré con el pensamiento de Martin Luther King: hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido todavía el sencillo arte de vivir como hermanos...
Feliz curso 2017-2018