sábado, 29 de febrero de 2020

DECEPCIÓN - La Puntilla, 1 de marzo de 2020


DECEPCIÓN

La define el diccionario: pesar causado por un desengaño. Y un desengaño es el efecto que produce en nuestro ánimo el conocimiento de la verdad de una realidad...

Hoy hallamos en nuestra sociedad muchas personas decepcionadas.

Decepcionadas, por ejemplo, esas miles de mujeres cristianas creyentes que se manifiestan estos días ante las catedrales católicas para expresar la marginación a la que se ven sometidas por su propia Iglesia.

Decepcionados los miles de trabajadores que no ven debidamente remunerados sus trabajos y sus esfuerzos.

Decepcionadas las miles de trabajadoras que ven disminuidos sus sueldos por tareas iguales a los de los hombres.

Decepcionados los miles de jubiladas y jubilados a los que la sociedad no reconoce sus aportaciones y les asigna pensiones indignas.

Decepcionados los políticos honrados que se ven marginados y denostados por defender causas justas 

Decepcionados los emigrantes que son considerados con frecuencia como un estorbo o una simple herramienta  útil para el desarrollo de una economía capitalista

Decepcionados cuantos  ven silenciada su libertad de expresión en cualquier orden de la vida

Decepcionados los millones de niños y niñas que vienen a este mundo para morirse de hambre o ser destinados a soportar una pobreza permanente...

La lista podría alargarse indefinidamente...

Habrá, con todo, quien se pregunte: ¿De dónde nace la decepción, de la dura realidad existente, o de que tal vez esperamos demasiado de unas realidades cuyo cambio exige un gran tributo de lucha y esfuerzo?

Soy consciente de que no estamos hoy en un mundo muy apto para soñadores. Pero la única medicina contra las decepciones es que éstas no logren arruinar nuestros sueños...

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