MIRADAS
No es lo mismo ver que mirar, oír que escuchar, o tocar que acariciar...Porque no es lo mismo el simple ejercicio de la visión, la audición o el tacto que la reflexión atenta y consciente del mensaje que entra por los sentidos.
Trato hoy este tema porque vivimos en una sociedad tan saturada de mensajes, informaciones y sucesos que nos resulta ya casi imposible el ejercicio de la mirada...
Mirar supone tres ejercicios básicos: ver, situarse y captar.
Cuando al gran paisajista Corot le preguntaron cómo lograba plasmar paisajes tan maravillosos que para muchos pasaban desapercibidos su respuesta fue: porque es cuestión de alzar la visión y captar el entorno, saber situarse en el lugar adecuado y plasmar con firmeza lo que has percibido.
O sea que frente a la cantidad de datos que, sobre un tema, entran por nuestros ojos, es importante, en primer lugar, captarlos no sólo sensorialmente sino también reflexivamente, situarse desde la propia opción (¡qué distinto, por ejemplo, analizar las cosas desde el pesimismo o desde la esperanza; desde la fe,o desde la negación de Dios; desde el partidismo o desde la neutralidad etc.etc.!) y finalmente emitir un veredicto, o manifestar una opinión...
Dicen que los enamorados lo están verdaderamente cuando ambos miran en una misma dirección..y pienso que esta reflexión puede aplicarse también a otros colectivos que dicen seguir un enamoramiento común...
Hablando de miradas es verdad también que se dice que es mejor no mirar atrás, pero el veredicto no siempre es acertado, sobre todo si cuando mirar atrás ayuda a no repetir los mismos errores...
Lanzo, pues, desde aquí, una llamada a renovar el ejercicio de la mirada. Que del no ver nace el olvidar, pero del mirar nace el amar...
Me apunto al ejercicio de miradas...
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